viernes, 10 de agosto de 2012

DÍAZ FERRÁN, ARTURO FERNÁNDEZ Y EL REY



Félix Población


Hace algo menos de un mes supimos que quien fuera presidente de la patronal española (CEOE), Gerardo Díaz Ferrán, que acumula varias causas ante la Justicia y está acusado de un presunto delito de quiebra fraudulenta y apropiación indebida, desvió a Suiza casi cinco millones de euros entre los años 2007 y 2009. La información procedía de un informe de la brigada de blanqueo de la Policía Nacional, del que tuvo conocimiento la cadena SER. La cantidad desviada se hizo desde una empresa irlandesa del Grupo Marsans y los fondos estarían en una cuenta en ese país a nombre del empresario valenciano Ángel Cabo, que estaría actuando de testaferro de Díaz Ferrán.

Hoy hemos sabido, también gracias a la SER (Sociedad Española de Radiodifusión), que Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña y vicepresidente de la CEOE, ha sido condenado por el juzgado social número 33 de Madrid a restablecer las condiciones laborales de los trabajadores del grupo Cantoblanco -propiedad del empresario-, que sufrieron un recorte de horario y salario.

La empresa de Fernández, que obtuvo en enero del año pasado la contrata de las cafeterías de IFEMA, redujo entre 1 y 2 meses al año los contratos de todos sus trabajadores fijos y fijos discontinuos, tras no haber podido poner en marcha un ERE. Para justificar ese cambio, el empresario hizo trampa y presentó las cuentas de 2008 -con manifiesta anterioridad a la explotación de IFEMA-, en las que constan unas pérdidas de 186.000 euros. La empresa deberá ahora, según fallo del juzgado que atendió la demanda presentada en su día por Comisiones Obreras, restablecer las anteriores condiciones laborales y pagar una indemnización a los trabajadores.

Me gustaría saber la opinión del rey acerca de la recién descubierta y condenada fullería de Fernández, pues al tiempo que la trampa vuelve a ilustrar la integridad de cierta clase empresarial española aupada a los máximos puestos de su representación, deja en evidencia una más de las amistades peligrosas del monarca, ya que gracias al afecto que profesa a Fernández don Juan Carlos I puede colocar este a dos de sus exempleados de La Moncloa en las empresas del vicepresidente de la CEOE. Algo que, por supuesto, el rey no hace para aliviar el insomnio que le procura el paro juvenil.

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