Jacint Torrents
Tenemos en Cataluña a unas cuantas monjas que por su actividad gozan de cierta popularidad. En el libro Monjas (Ed. Fragmenta, 2011) Laia de Ahumada da cuenta de las entrevistas con algunas de ellas. Disfrutan estas monjas de una gran libertad de espíritu, pues, no formando parte de ningún escalafón jerárquico –gracias a que son mujeres-, y sostenidas y alentadas por su comunidad, fecundan su entorno con una acción inteligente y eficaz, que emana del más puro cristianismo. Son personas altamente rentables para la sociedad. Por su acción con emigrantes musulmanes, marginados, personas sin techo, alcohólicos, presos… Pero también por su presencia en el mundo intelectual, científico y artístico. Y de ahí lo curioso del caso: sin pedirlo, esas mujeres se han ganado la credibilidad y la atención de los medios, mientras que obispos y cardenales lo tienen más crudo: no suelen caer simpáticos.
Teresa Forcades (Barcelona, 1966) es la más reciente incorporación a ese discreto equipo femenino de primera división. Su currículum es admirable: Licenciada en Medicina (Universidad de Barcelona, 1992), especialista en Medicina Interna (Universidad de Nueva York en Buffalo, 1995), master en Teología (Universidad protestante de Harvard, 1997), doctora en Salud Pública (Universidad de Barcelona, 2004), doctora en Teología Fundamental (Facultad de Teología de Cataluña, 2008), investigadora de las categorías de lo masculino y lo femenino en antropología, filosofía y teología (Universidad Humboldt de Berlín, 2006-2008).
Las variantes del deseo o la identidad sexual como la homosexualidad, la transexualidad o la bisexualidad son parte de la belleza de la creación de Dios y nos ayudan a entender que el sexo no está orientado sólo a la procreación sino sobre todo al amor (pág. 136). Estas frases refrescantes se pueden encontrar en el reciente libro en catalán Converses amb Teresa Forcades de Eulàlia Tort (Ed. DAU, junio 2012), cuya traducción al español deseamos no se demore. La monja ha conversado durante un año con la autora y nos muestra su vida, sus vocaciones, sus intereses. Nos encontramos con una persona inteligente y a la vez humilde, con dudas y preguntas, enraizada en nuestro mundo, que fiel a su conciencia y a sus conocimientos del cuerpo y del espíritu, ofrece respuestas que aportan oxígeno y esperanza para una vida más libre.
Sus conocimientos del mundo industrial farmacéutico han encontrado en ella a una denunciante de las malas prácticas de estos lobbies que juegan con nuestra salud con la permisividad de los gobiernos. Su librillo Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas, 2006, es descargable en internet. Por lo que ha sido declarada persona non grata por las multinacionales. David contra Goliat. En estas conversaciones que ahora aparecen manifiesta su admiración por Hugo Chávez, tras varios viajes a Venezuela: Algunas de las visiones políticas que tengo hoy han estado influenciadas por mi experiencia en Venezuela /…/ Su pensamiento (de Hugo Chávez) no es reduccionista. Es consciente que no sabe qué es, en realidad, el nuevo socialismo que propugna, pero lo que es seguro es que el sistema neoliberal ha de ser desmontado con urgencia (pág. 94).
Actualmente Teresa Forcades aparece con frecuencia en los medios, en congresos, da conferencias, escribe artículos…Quizás abarca demasiados temas: salud pública, feminismo (ver su libro La teología feminista en la historia (Ed. Fragmenta, 2007), economía, política, multinacionales, teología, críticas serias a la Iglesia… y desde una perspectiva que llamaríamos de izquierdas, pero que ella define como simplemente evangélica. Con un cuerpo frágil, su voz dulce y pausada contrasta con la firmeza de sus argumentos y de sus posiciones, que están en la punta de lanza de una nueva sociedad. Y que no contienen acritud sino serios razonamientos: Indicar aquellos elementos que deben ser reformados en la Iglesia, no sólo es compatible con amarla y valorarla, sino que es prueba de este amor i este respeto. De Jesús, y con lo mucho que hablamos de él, no hemos entendido gran cosa. Eso ya pasaba en tiempo de los discípulos. (pág. 140).
Espero que, siendo mujer, y a cobijo de su monasterio en Montserrat, pueda continuar ofreciendo al mundo su pensamiento inteligente y libre, sin sufrir denuncias y sin ser molestada por los hombres de la jerarquía. Un monasterio benedictino todavía es hoy una pequeña república democrática, donde, al ritmo del ora et labora, hombres y mujeres intentan vivir en un modelo de sociedad fraterna y pacífica, que puede ser estimulante para nuestro mundo.
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