jueves, 14 de junio de 2012

CARLOS DÍVAR, EL REY Y LA FOTO DEL DESPRESTIGIO



Félix Población


No faltan quienes piensan que Carlos Dívar vive sus últimos días como presidente del Consejo del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo (TS), pues el archivo de la querella por presunta malversación de caudales públicos, acordado ayer por la sala segunda del TS por once votos frente a cuatro, no ha hecho más que incentivar la posibilidad de que pierda alguno de los apoyos con los que hasta el momento contaba entre los siete vocales del consejo.

Si se tiene en cuenta que su cese se produciría si lo conciertan las tres quintas partes del consejo, cuyo pleno se celebrará el próximo jueves, no habría que descartarlo. Cinco de los doce vocales ya parecen haberse decantado porque Dívar abandone incluso sus cargos antes del lunes que viene. En esta fecha están previstos los actos solemnes que conmemoran el bicentenario del alto tribunal, a los que debería asistir el rey Juan Carlos. Un portavoz del palacio de La Zarzuela, sin embargo, ha evitado por el momento confirmar la presencia del monarca a este evento.

Resulta extraño que a tan pocas días de tan señalada conmemoración se eluda confirmar o no la asistencia del Jefe del Estado a la misma, algo que en cualquier otra circunstancia -esto es, sin Dívar-, estaría sobradamente asegurado. Esta falta de transparencia en una información que ya debería saberse ha levantado el rumor, en los mentideros mediáticos y jurídicos, de que no sería saludable para ninguna de las dos instituciones -la monarquía y la justicia- que el rey y el actual presidente del Consejo del Poder Judicial y del Tribunal Supremo compartieran una misma fotografía oficial en las portadas de los periódicos del próximo martes, habida cuenta el desprestigio para sus respectivas instituciones que ambos han protagonizado.

El uno, que además tiene a su yerno en los tribunales por servirse de su parentesco real para forrarse con subvenciones públicas, por irse de safari mientras los ciudadanos las pasaban canutas; el otro, por servirse del dinero que les falta a los ciudadanos para disfrutar de semanas caribeñas en manteles de lujo. Estén atentos a las imágenes que el evento del lunes puede dar de sí porque, de producirse la concurrencia de los dos Carlos, van a saltar chispas en las redes sociales. ¿No llegará a estamparse esa fotografía porque el CGPJ acelere antes la dimisión de Dívar? ¿Se ausentará el rey para evitar ese encuentro? Ese es el cariz del rumor del que se habla.

Foto: Pertenece a la pasada inauguración del año judicial.

+@Dívar adelanta al sábado el pleno del Consejo General del Poder Judicial

LA BANCA NO SOMOS TODOS

Todavía hoy hay más de tres millones de pisos vacíos (3.417.064 viviendas, según el Ministerio de Fomento). Durante el boom inmobiliario se construyeron 800.000 viviendas al año, más que Alemania, Gran Bretaña y Francia juntas. Los precios subieron un 155% durante una década, crecimiento artificial, que no se correspondía con el crecimiento del nivel de vida del país, y que se consiguió gracias a las prácticas especulativas de la banca. Cuando la burbuja explotó (debido al parón de transferencias del dinero de la banca alemana, contaminado por los “productos tóxicos” de la banca estadounidense), la banca española quedó estancada con sus propios productos tóxicos, las hipotecas, que no se podían pagar y continúan sin poder pagarse. Tales activos representan 150.000 millones de euros (equivalente al 15% del PIB). Y ahí está el problema, que requiere para su solución una intervención pública que el Estado español es reacio a tomar debido al enorme poder de la banca. Debería haberse resuelto a base de llenar estas casas vacías con familias que pagaran alquileres o hipotecas asumibles, penalizando a los bancos que se resistieran a tales medidas (en Dinamarca se multa a la vivienda que esta vacía durante más de seis semanas). Y muchos bancos deberían haber sido nacionalizados, con anulación de la deuda privada en gran número de casos. En lugar de ello, el Estado español ha escogido ayudar a los bancos a costa de los intereses de la población. Y de esto es de lo que no se habla. Las raíces de la crisis financiera -el excesivo poder de los ricos y de los súper ricos en España y de sus bancos- no se está ni siquiera tocando. Y así estamos.+@Vicenç Navarro

No hay comentarios:

Publicar un comentario