Félix Población
En unos días se cumplen las bodas de oro de los reyes de España. Han pasado cincuenta años desde que don Juan Carlos y doña Sofía celebraron sus esponsales en Atenas. Resulta extraño que en un país como este, tan dado a la lisonja cortesana a lo largo de más de tres decenios, los protagonistas de aquellas nupcias renuncien a exponer la estabilidad de su prolongado vínculo, algo que probablemente sí celebrarán a toda portada algunos medios hipocritones y zalameros el próximo 14 de mayo.
En lugar de comunicar que no habrá celebración alguna, alegando que el país no está para fiestas, La Zarzuela habría hecho mejor callándose, sobre todo porque esa estúpida e increíble excusa debería haber sido la más pertinente hace unas semanas, cuando el evento a no verificar era la montería en Botsuana que fracturó la cadera del monarca y resintió un poco más a la institución que este representa.
El accidente sirvió para saber de la expedición cinegética y, de paso, para conocer las relaciones muy personales entre el rey de España y una rubia y airosa princesa cazadora, de nombre Corinna zu Sayn-Wirtgenstein, que nuevamente asoma a la actualidad a cuenta de lo que se especula en los mentideros políticos y publica en su edición hoy El Infiltrado en el diario El Plural.
Esta relación, según el medio aludido, ha creado un creciente malestar en el Gobierno, hasta el punto de concretarse en una frase con muy buenas hechuras de titular periodístico, que al parecer se comenta entre los señores ministros y ha trascendido ya a otros círculos próximos: El rey tiene que decidir: o Corinna, o Corona.
¿Quiere esto decir, como recomendó el socialista Tomás Gómez -ganándose con ello las admoniciones de la superioridad dentro de su partido-, que ante la posibilidad de que a don Juan Carlos I le importe o le siga importando más la Corinna que la Corona, o las monterías más que los asuntos de Estado, debería abdicar en la persona de su hijo?
+@El rey se enfrenta a Urdangarín ante la nueva estrategia de este para librarse de la cárcel
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