"LOS HIJOS DE LOS DÍAS", DE GALEANO: "SOMOS LAS HISTORIAS QUE VIVIMOS"

Lazarillo

Nos llega la información, facilitada por la editorial Akal, de que Eduardo Galeano visitará el mes que viene España para presentar su nuevo libro Los hijos de los días (Siglo XXI editores), que recoge una historia distinta por cada jornada del año, atravesando las fronteras del mapa y del tiempo. Como se recordará, y a pesar de que -o quizá por eso- Galeano no tiene un solo espacio de opinión en los diarios españoles, su anterior obra, Espejos, publicada hace cuatro años, fue durante varias semanas el libro de no ficción más vendido en España y buena parte de América Latina. Los hijos de los días estará a la venta en las librerías esta misma semana que viene y su autor hará la presentación del libro en Barcelona el próximo 9 de Mayo. El acto se repetirá también en otras ciudades españolas (Córdoba, Granada, Santiago de Compostela y Orense), con la presencia repetida de Galeano en Madrid, el 24 de mayo y el 7 de junio, coincidiendo con la celebración de la Feria del Libro. Según el escritor, escribió Los hijos de los días partir de un testimonio que recogió de bocas mayas, en Guatemala, hace ya unos cuantos años, y que ahora da título al libro: "Creen los mayas que somos hijos de los días, hijos del tiempo, y se me ocurrió que de cada día nacería una historia, porque nosotros, los humanitos, estamos hechos de átomos pero también de historias. En este sentido, es primo de Espejos, aunque con una estructura diferente. Y se parece también a otros libros míos, que han querido mirar el universo por el ojo de la cerradura, contar la historia grande desde las historias chiquitas”. Este Lazarillo espera tener la oportunidad y el privilegio de conversar en Madrid con Eduardo Galeano, pero hasta que eso ocurra se conforma con adelantar para DdA esta jugosa entrevista publicada por la revista de cultura del diario Clarín y que encuentro en mi estimado colega de PiensaChile. Somos las historias que vivimos, dice el escritor con el conocimiento y sentimiento de causa que lo acredita como tal.