miércoles, 21 de diciembre de 2011

LÓPEZ AGUILAR Y LO MUCHO POR HACER EN EL PSOE


Félix Población

Algunos periódicos titulan hoy la noticia del manifiesto suscrito por una treintena de dirigentes del Partido Socialista con el nombre de la todavía ministra de Defensa en funciones, Carme Chacón -una de las firmantes-, acaso porque en ese partido todavía se puede escuchar la insensatez de que ella y Pérez Rubalcaba siguen sonando como posibles aspirantes a liderar el PSOE. Si fuera así, ese partido estaría gravemente enfermo. ¿Cómo puede un proyecto de renovación y cambio de rumbo, según parece el que se desprende de ese escrito, acomodarse a la batuta de quienes han sido partícipes de la gestión de gobierno que tan a fondo se critica en ese mismo proyecto?

Cierto que Rubalcaba ha desarrollado una meritoria labor como titular de Interior, en la que siempre se le reconocerá su gran logro de haber acabado con el terrorismo etarra, pero él mismo debería reconocer en su fuero interno que su vida política está en las últimas. El gran sacrificio que se le impuso como perdedor por anticipado en la elecciones generales, así como la dura entidad de su derrota, deberían bastar para llevarle a un voluntario retiro, del que probablemente nos dio un primer indicio con su flojísima y acomodaticia intervención como portavoz del PSOE en la sesión de investidura del nuevo presidente del Gobierno.

Si el Partido Socialista que se quiere de verdad es el que se perfila en el texto del manifiesto, la política de oposición que esbozó Pérez Rubalcaba para la nueva legislatura no se parece en nada a los puntos más elocuentes del escrito Mucho PSOE por hacer que ayer fue publicado. En el mismo podemos leer que el último gobierno de Zapatero aplicó una política inadecuada contra la crisis, ajena a la orientación ideológica del partido, y que no fue capaz de equilibrar las cargas fiscales de los más poderosos con los sacrificios exigidos a los más débiles. También se reconoce que, para desplegar una política social y civil progresista, se precisa una política económica progresista, con una reforma fiscal que erradique las injusticias que soportan las rentas del trabajo por cuenta ajena.

Ni Rubalcaba, ni Chacón pueden erigirse en líderes de ese proyecto, si de verdad el propósito del mismo es recuperar el pulso de la calle, como se preconiza en el manifiesto. Para eso es fundamental recuperar a su vez algo tan básico y que tanto se ha resentido con la ultima ejecutoria del PSOE como es la coherencia entre las ideas y los actos, de la que también se habla en el escrito. Si se me preguntara qué dirigente podría liderar más atinadamente ese objetivo hoy en día, me atrevería a dar un nombre: el de Juan Fernando López Aguilar.

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