martes, 6 de diciembre de 2011

LA PARANOIA DE FÉLIX DE AZÚA Y EL CATALÁN


Jacint Torrents

Leo la entrevista con Félix de Azúa: me parece una paranoia. La mitad de los maestros de Cataluña son oriundos de otras partes de España. En los institutos, un 30% de las clases se ha dado siempre en castellano, saltándose tranquilamente la ley, porque los profesores no han querido hablar en catalán. Eso es sabido. Y nunca se ha sancionado a nadie. Otro tanto en las universidades. Los médicos de Hispanoamérica que trabajan en la Seguridad Social no te dicen ni una palabra en catalán. Pero sí árabes, marroquíes y polacos, e incluso puertorriqueños (que ya usan dos lenguas). La situación es ésta.

¿Y comisarios políticos en las escuelas? !Es fascinante! Y ridículo: la mitad de las escuelas de Cataluña son privadas o religiosas (la mayoría de religiosas han sido las más castellanizantes desde siempre, porque el personal no es de aquí). Puede ser que a algunos profesores les moleste que la lengua del claustro o de la mayoría, la de las comunicaciones oficiales, etc., sea el catalán... no lo sé. Por otro lado, Barcelona continúa siendo centro principal de la edición en lengua castellana.

Yo asisto a un Aula de Extensión Universitaria en Castellar, con otros 200 oyentes, y las conferencias semanales son en la lengua del conferenciante. Por ejemplo, durante el curso pasado, el granadino J. Enrique Ruiz Domènech dio una lección extraordinaria en español sobre el catalanísimo rey Jaime I. Y todos encantados. También se han dado otras en castellano sobre Pardo Bazán, danza moderna, ética... Yo no percibo en el ambiente ningún control de nada. Más bien la constatación de que el catalán va a tener dificultades para sobrevivir en la calle en algunas urbes con el millón y medio de inmigrantes que hablan una lengua tan poderosa como el español y que ha tenido vocación de imperio. Con o sin leyes de normalización lingüística.

De Boadella, creo sinceramente que es un provocador nato. Y en cuanto a los artistas que se van, pues hay un montón que trabajan en Madrid y Barcelona -cine y teatro- y creo que es porque se tienen que ganar la vida, como Banderas o Julio Iglesias en USA. La mayoría no alega que les haga boicot el "nacionalismo" y buscan mercado. El del español es cien veces más grande que el del catalán. Y el del inglés no digamos. Eugenio d'Ors se fue porque le defenestraron de su cargo, como Flotats, con un ego desbordante. Paco Mir quería estrenar en el Liceu de Barcelona. Pero el Liceu, que estuvo durante años gobernado por el clan de la Caballé, ahora lo está por la camarilla de los Calixto Bieito, Fura dels Baus y otros vanguardistas (que a mí no me gustan en absoluto): tienen un gran predicamento en Europa y son fuente de ingresos. Boadella, Loquillo, quizás sean artistas que aquí han dejado de interesar. Actualmente no hay trabajo y parece que la inteligencia emigra de Cataluña y de España.

Otra cosa es la mentalización hacia la independencia por razones económicas, que se extiende a los hablantes de las dos lenguas. ¿Nacionalismo? Parece que las razones son: 1) la publicidad goebbeliana en casi todos los medios que fomenta con falsedades el odio y el descrédito de los catalanes, y 2) el desacuerdo con el trato económico que nos da España. Muy sencillo: la aportación a las arcas de esta región es de 20.000 millones de euros, cuando el land más rico de Alemania no pasa de los 4.000. Y sucede que aquí hay un montón de gente que lo está pasando muy mal, cuando sería posible para Cataluña sola ser uno de los países ricos del mundo.

Los escritores y artistas quieren -queremos- ser gente "adorada", "mimada", que se nos considere, obtener ayudas, subvenciones, éxitos... y cuando esto falla siempre podemos echar mano de alguna "teoría conspiratoria". Además, un catalán, aunque se exprese en castellano, como Marsé, o grite "Viva España" como Carme Chacón, no es valorado en Madrid, o es sospechoso. Y en algún caso asesinado, como el general Prim.

No hay comentarios:

Publicar un comentario