Lazarillo
Cuentan las crónicas que ayer en Cannes el presidente Obama fue a saludar y a felicitar a la presidente argentina, Cristina Fernández, por su contundente victoria en las pasadas elecciones del 23 de octubre, en las que obtuvo el 54 por ciento de los votos. Tanto el mandatario estadounidense como el presidente francés, señor Sarkozy, tienen en perspectiva unos comicios -el año que viene- donde se decidirá su continuidad o no en el puesto que ocupan, por lo que parece lógico que Barack Obama le recomendara a su brioso colega en El Elíseo que siguiera el ejemplo de la presidente argentina: Nicolas, tenemos que aprender lecciones, dicen los corresponsales que dijo.
No tuvieron que esperar mucho ninguno de los dos para escuchar la primera, pues Cristina Fernández -a quien casi todos los medios insisten en añadir al suyo, incluso eliminándolo, el apellido de su esposo- ofreció en la Cumbre del G-20 una alocución digna de escucha y noticia, habida cuenta la crisis económica que hubo de soportar su país hace diez años y que el eje del debate en Cannes era precisamente la crisis financiera internacional que afecta especialmente a Europa, sin trazas hasta ahora de resolverse, más bien al contrario.
“Tengamos una real comprensión del mundo en el que estamos -dijo la mandataria argentina-. No nos equivoquemos y sepamos que, si la crisis se profundiza, van a empezar a cuestionarse las democracias y las formas políticas actuales. Europa tiene una historia en esto, de cómo surgen gobiernos totalitarios en medio de crisis económicas que no pueden resolverse. Creo que estamos a tiempo. No quiero ser dramática ni tremendista, ni sembrar pánico, porque no es mi misión y tampoco lo creo. Todavía estamos a tiempo de establecer soluciones, pero soluciones que tengan que ver con la regulación de aquellos que han ocasionado el problema, de los mercados financieros”.
Fernández fue muy directa en su discurso al demandar a los líderes mundiales un golpe drástico de timón para hacer frente a la actual coyuntura: “Lo que estoy proponiendo es volver al capitalismo en serio, porque esto que estamos viviendo no es capitalismo, es un anarco-capitalismo financiero total, donde nadie controla nada. Resulta que tenemos que controlar a los países a ver cómo ajustan. Por favor, regulemos a los que verdaderamente tenemos que regular”, agregó, en medio de un aplauso contundente de los industriales argentinos que participaban de la audiencia.
En otro pasaje, la jefa de Estado argentino lanzó un reproche directo a los mandatarios de los países centrales, incapaces de arbitrar soluciones efectivas a lo largo de todo un trienio: “Los líderes del mundo no han logrado dar una solución a la crisis y al funcionamiento desbocado de los mercados financieros, y ya han pasado tres años, ni un día, ni dos, ni tres”. “Si uno ha probado ya durante tres años determinadas medicinas y con determinados médicos y el enfermo se agrava cada vez más -planteó la presidente de aquella república-, ¿no será que habrá que cambiar de médico y de medicinas e intentar otro tratamiento?”. Y acto seguido recordó a los líderes del G-20 una frase de Albert Einstein que hace al caso: "Intentar resolver los problemas de la misma manera con la que fueron originados, es de gente no demasiado cuerda".
La postura expuesta por Cristina Fernández, según pudimos leer, tuvo el explícito respaldo de los presidentes de México y Turquía, que recordaron la aguda crisis económica argentina de 2001 y cómo se salió de ella dos años después a partir de políticas keynesianas.
=========== REDDIARIO=============
QUEREMOS DEBATES DE SERVICIO PÚBLICO
Comunicado de Madrilonia, Tercera Información y Crónica Popular
La democracia es lo que está en juego en las elecciones del 20 de noviembre y las radios y las televisiones de servicio público tienen la obligación de organizar debates sobre políticas y no sobre personas, facilitando el conocimiento de las propuestas que defienden la democracia y la solidaridad y que no tienen acceso a los grandes medios de comunicación.
Con Zapatero, los bancos y las grandes empresas se impusieron sobre el gobierno y el Parlamento. Con Rajoy, los dueños del poder económico formarán la mayoría parlamentaria y el gobierno. Lo que fue falta de voluntad de resistencia empeorará con la imposición del plan de los privilegiados para someter a los trabajadores.
Veremos cómo en el debate bipartidista del día 7 los dos se esconden: Rubalcaba para ocultar o camuflar lo que hizo con Zapatero y Rajoy para que no se descubra el daño que va a hacer. Entre los dos intentarán impedir que los ciudadanos pasen de las personas a las políticas para comprobar que otro gobierno es posible y que la crisis se resiste mucho mejor con más y no con menos democracia y repartiendo entre todos las dificultades en lugar de acumular en muy pocos los beneficios.
No nos sirve el falso debate entre personajes. Queremos debates de servicio público sobre políticas. Con todas las voces y todas las opciones. Con partidos, sindicatos y organizaciones sociales. Con el 15-M y las reclamaciones de sus asambleas. Debates sobre la política económica, el sistema financiero, la recuperación de la democracia, los servicios públicos, los derechos de los trabajadores, las pensiones, la justicia fiscal, la democratización de la justicia y de los medios de comunicación, la transformación de la UE y la política internacional. Todas las radios y las televisiones de servicio público tienen la obligación de organizar debates de interés social con todas las voces para que los programas de las candidaturas sean más importantes que el nombre y los apellidos de los candidatos.
¡Queremos debates de servicio público!
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