GRITO AL PRÍNCIPE DE ASTURIAS: ¡VIVA LA REPÚBLICA!

Félix Población

Ocurrió en Pamplona, a la salida de los Príncipes de Asturias de un acto oficial en el que se habían impartido unos ciertos premios. Como suele ocurrir, un grupo de ciudadanos estaba congregado en las inmediaciones del edificio donde tuvo lugar la ceremonia. Bastan unos breves momentos para que la Corona confraternice con el pueblo. El pueblo le grita vivas a don Felipe y guapa a su esposa en el tiempo que media entre puerta y puerta (la del edificio y la del coche). Nadie suele desentonar en ese corto tránsito. La Corona saluda condescendiente y el pueblo llano aplaude entretenido.

En Pamplona, sin embargo, alguien rompió la tradición y gritó ¡Viva la República! La voz era varonil, definida y clara, pero las cámaras no siguieron a don Felipe hasta un caballero, sino que el objetivo fue una mujer joven, Laura Pérez, con la que el príncipe se puso a dialogar sobre si debía o no debía plantearse un referéndum que permitiera a los españoles elegir entre república y monarquía. El Borbón gesticuló mucho con las manos y mantuvo en todo momento la actitud manifiestamente concesiva que su aproximación popular a un debate de esa entidad comportaba para su alto rango.

Era como si pretendiera dejar constancia ante las cámaras de los valores que durante muchos años ha venido vendiendo la prensa cortesana acerca de su persona. Príncipe moderno, joven, campechano, sensible al aprecio del pueblo, en lugar de prestar oídos sordos a un grito de esa naturaleza, pretendió acaso demostrar que gracias a su talante abierto y democrático no tenía reparo en discutir la constitucionalidad de la monarquía con quien no estuviera de acuerdo con esa forma de Estado. Al hacerlo, sin embargo, pecó de soberbio y se desentendió repetidamente de su antagonista con miradas al tendido, dando la sensación de minimizar su escucha para recrearse en la del presidente de Navarra, que ofició con diligencia como pelota oficial del régimen.(*)

Hay que pensar que la actitud de don Felipe obedeció a un arranque espontáneo, con el que posiblemente quiso acicalar o refrendar su imagen publicitada. Creo que si el resultado no ha sido el previsto se debe a la intromisión de un canal de televisión de Navarra, que no se conformó con la imagen muda dada por el resto de televisiones -en apoyo de la que pretendía ofrecer el príncipe-, sino que puso palabras a la escena.

Lo previsible es que el heredero de la Corona no vuelva a repetir esa actitud en el futuro. Además de no favorecerle, iba a darle mucho trabajo. Con toda seguridad, va a tener que escuchar ese grito muchas más veces y en las voces más jóvenes.

(*) "Ya has tenido tu minuto gloria -le dijo el Borbón a Laura-, porque esto no va a ningún lado". Todo se andará, alteza, porque las alturas no se sostienen sin base.