miércoles, 20 de abril de 2011
FÚTBOL Y PROCESIONES
Félix Población
El dinero, sobre cualquier otra cosa, ha querido que los dos clubes de fútbol más importantes de España y quizá del mundo se enfrenten hasta tres veces en las distintas competiciones en que participan, con la victoria final en cada una de ellas como máximo objetivo: Liga española, copa del rey y copa de Europa.
Sin dinero es muy probable que esas disputas decisivas no hubieran podido darse de modo triple, al margen del mejor o peor trabajo de equipo desarrollado por los respectivos entrenadores, sobre cuya muy distinta personalidad se cuece a diario todo un potaje de titulares mediáticos a tono con la modestia y discreción de de Guardiola o la soberbia y orgullo de Mourinho. A mí me parece bochornoso que un país con los problemas económicos del nuestro ventile jornada tras jornada, en todo tipo de publicaciones, emisoras de radio o televisiones las mil y una minucias de cada partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona, antes, durante y después del evento.
En ese sentido, centrándonos en el medio público que va a retransmitir hoy la final de Valencia, RTVE, resulta deplorable que con un déficit de más de 47 millones de euros, cosechado a lo largo del año pasado, la radio y la televisión que pagamos todos con nuestros impuestos se precie de montar un dispositivo con 150 profesionales para cubrir el partido de esta noche y mantenga desde hace días un equipo de enviados especiales en la capital valenciana para contarnos todo tipo de anécdotas.
El calendario ha querido que unido a varios de esos partidos en la cumbre, seguidos masivamente por la audiencia, nuestra RTVE esté un año más al tanto de las procesiones de Semana Santa, múltiples y variadas según la tradición y los pasos de cada lugar y fecha, y de las que se da cumplida y amplia información en cada telediario. Ese tipo de actos contará con una cobertura máxima, similar a la de todos los años, aun siendo España -según el padre Benedicto- un país donde se hace burla y denigración del catolicismo.
Quienes guardamos memoria de lo que supuso en el franquismo el fútbol y la Semana Santa, tenemos este año motivo sobrados para abundar en ese recuerdo por partida doble: aparte del circo montado en torno a los Messi, Ronaldo y demás figuras del balompié de importación, quienes enciendan sus televisores habrán de soportar las procesiones de penitentes que nuestros medios públicos retransmiten a todo pasto. Esto sí es una burla y denigración más del Estado aconfesional que la Constitución dispone en el tercer párrafo de su artículo 16.
+@Los obispos eligen a los profesores y el Estado paga.
+@La España aconfesional.
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