viernes, 4 de marzo de 2011

WIKILEAKS Y LA VERDAD


Félix Población

Ayer tuve la oportunidad y el gusto de escuchar y saludar a Ignacio Escolar, cuya conferencia en la universidad de Salamanca -según reza el título de este artículo- ha sido un modelo de inteligente perspicacia acerca del noticioso efecto y mediáticas repercusiones de Wikileaks en el mundo de la información. Espero y deseo que el joven periodista, director/fundador del diario Público en la etapa más estimulante de este periódico, pueda poner en marcha -más pronto que tarde- aquel diario digital del que se habló hace un tiempo y que le permitirá sin duda desarrollar todas sus excelentes facultades para el oficio.

Citó Escolar como definición de noticia la que el periodista argentino Horacio Verbiski dio como propia de su profesión: periodismo es informar de aquello que alguien quiere que no se sepa. Lo demás es propaganda. Es función de ese oficio poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Se debe admitir entonces, sin ningún género de duda, que Julian Assange ha cumplido sobradamente con esos objetivos y que lo ha hecho, según Ignacio, basándose en los afanes que el periodista australiano expuso hace casi cinco años en un pequeño ensayo. Si la censura no deja transpirar la verdad, es preciso crear un mundo de transparencia para hacer posible un mundo diferente.

Mediante toda esa torrentera de información clasificada que ha expuesto Wikileaks -mucha más que la que ha podido ofrecer junta toda la prensa mundial-, Assange ha impulsado la dignificación del oficio sobre la base de su propia teoría periodística: sólo si conocemos las injusticias podemos llegar a contestarlas. No es extraño en este sentido que el editor de Wikileaks, que tan explícita información ha dado sobre los crímenes de guerra y las torturas en Irak y Afganistán, haya dicho que su oficio vive en un estado de impotencia y que por eso hasta le resulta ofensivo que le llamen periodista: El mayor abuso es la guerra contada por los periodistas. Periodistas que participan en la creación de guerras a través de su falta de cuestionamiento, su falta de integridad y su cobarde peloteo a las fuentes gubernamentales.

Lo que Wikileaks ha contado de esas guerras es un conjunto de documentos secretos sobre la actuación de los ejércitos invasores, arrancados sin la mediación de fuentes oficiales, que han iluminado de verdad una realidad tantas veces manipulada por las crónicas convencionales. Ignacio Escolar, a pesar de las teorías y suspicacias varias que el proceder de Assange haya podido originar en distintos ámbitos, no tiene ninguna duda a la hora de calificarlo como generoso, pues hay por suerte mucha generosidad informativa en las múltiples páginas que Internet pone en circulación cada día por el mundo.

Ya, pero de qué sirve conocer la verdad si sus efectos sólo consiguen como mucho una movilización de conciencias y no unos resultados efectivos, preguntó uno de los asistentes a la charla refiriéndose al asesinato de Couso y a la presión ejercida por Estados Unidos sobre nuestro Gobierno y tribunales de justicia. ¿Te parece poco movilizar conciencias hoy en día?, contestó Escolar, y recordó lo significativo que puede ser eso después de haber escuchado recientemente al presidente del Foro Económico Mundial en Davos que el paro juvenil en España puede provocar otro Mayo del 68. Esto es, aventura Ignacio, que la corriente movilizadora del norte de África quizá no se detenga en Gibraltar.

+@Asesinato colateral. (Vídeo)

3 comentarios:

Jacint dijo...

Si aplicamos la frase a la información "estilo Goebbels" que se da en España sobre Cataluña, diríamos que:
"El mayor abuso es la realidad catalana contada por los periodistas. Periodistas que participan en la creación de odios y prejucios a través de su falta de cuestionamiento, su falta de integridad y su cobarde peloteo a las fuentes gubernamentales".
Tarde o temprano lo vamos a pagar. Y casi ningún intelectual se atreve a poner en duda, a indagar, a pensar por su cuenta y a hablar. Es muy grave, ¿no te parece, Félix?

FP dijo...

El proceso que ha seguido el periodismo en España desde la Transición ha sido francamente degenerativo, casi a la par que el seguido por la clase política. El desconocimiento o deformación de las realidades socioculturales periféricas sólo se puede entender como una focalización interesada de los extremismos nacionalistas, con el peligro que eso comporta de que el 23-F siga siempre pendiente de nuestras cabezas.

Anónimo dijo...

Todos queremos que haya sido la generosidad la que ha movido a Assange, pero ¿no es mucho esperar eso en un ambiente tan maleado como es el de los medios de comunicación?

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