viernes, 11 de marzo de 2011
EL METROBÚS NO EXISTE
Félix Población
Recientemente pudimos ver, en el programa El Intermedio de La Sexta, cómo el aguzado e incómodo reportero Gonzo seguía a la señora Botella, que lo es de Aznar, a su diaria sesión de peluquería en un céntrico barrio madrileño, tratando de indagar por qué la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid requería para tal fin varios coches oficiales: el suyo y el de tres escoltas.
Doña Ana, en lugar de responder a la curiosidad del reportero, utilizó a los escoltas como escudo para evitarlo a la entrada del local, para luego salir del mismo por la puerta trasera, dejando en evidencia una vez más la gestión que sobre su materia y el ahorro energético puede realizar quien así se comporta. Ya sabemos que la ciudad de Madrid se caracteriza por ubicar los medidores de contaminación atmosférica en parques y jardines para aliviar así la polución de las estadísticas. La de la realidad no importa.
Ahora descubrimos que el señor Nolla, consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid, no sólo se niega a reducir el precio del metrobús en un 5 por ciento -tal como hizo el Gobierno con el precio de billete de los trenes de corta y media distancia para favorecer el transporte público-, sino que confiesa desconocer la existencia de ese tipo de abono.
Sus palabras en la Asamblea de Madrid, contestando a un diputado socialista, quedarán como un testimonio deplorable más de la distancia que media entre cierta clase política, amondongada en sus poltronas, y la realidad de la calle, a la que esos políticos dicen representar. La calle sólo existe para ellos en temporada electoral, en recinto cerrado y entre sus fieles, porque con la credencial de calle que ha lucido el consejero Noya afirmando que el metrobús no existe, no creo vaya de mítines por el extrarradio de Madrid.
Con todo, lo que más me ha llamado la atención no es la desfachatada inopia del consejero de Transportes sobre un dato tan elemental que incumbe a su departamento, sino la actitud de algunos de sus compañeros de gobierno después de que su colega metiera tan descaradamente la pata. En lugar de guardar un discreto y abochornado silencio, tanto el vicepresidente González como el consejero de Presidencia Granados, y hasta la propia presidenta Aguirre, parecieron celebrar la ignorancia de Noya con risotadas de complicidad, como si todos ellos la compartieran.
Si es así, ¿por qué gobiernan esos políticos y por qué la oposición es incapaz de plantear una alternativa convincente que los sustituya? ¿Será porque a los madileños no les importa que sus gobernantes no usen el metrobús para pisar la realidad?
+@ FIRMAS CONTRA LA PRIVATIZACIÓN DE LA SANIDAD PÚBLICA EN MADRID
El Comentario de Folía
En el patio de un colegio hay un grupo de entre el alumnado que, de forma chulesca y prepotente, amenaza, humilla y hace la vida imposible al resto. Es curioso observar que gran parte de quienes se sienten maltratados quieren pertenecer a ese club de los chulitos, aunque fuese para hacer los recados (o limpiarles el culo) en vez de unirse para hacerlos desaparecer. ¿Es por miedo de estar en el bando perdedor o por deseo más o menos reconocido de ser como ellos?
Es la imagen que me viene a la cabeza cuando veo las encuestas preelectorales.
2 comentarios:
En el patio de un colegio hay un grupo de entre el alumnado que, de forma chulesca y prepotente, amenaza, humilla y hace la vida imposible al resto. Es curioso observar que gran parte de quienes se sienten maltratados quieren pertenecer a ese club de los chulitos, aunque fuese para hacer los recados (o limpiarles el culo) en vez de unirse para hacerlos desaparecer. ¿Es por miedo de estar en el bando perdedor o por deseo más o menos reconocido de ser como ellos?
Es la imagen que me viene a la cabeza cuando veo las encuestas preelectorales.
El imbécil que negó la existencia del Metrobús fue J.I. Echeverría. El Sr Nolla fue el diputado insultado.
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