lunes, 21 de marzo de 2011

BRIGADAS VECINALES CONTRA LA XENOFOBIA Y EL RACISMO


Lazarillo

Me permito titular así lo que sus integrantes denominan Brigadas Vecinales de Observación de los Derechos Humanos porque la demanda frecuente y repentina de papeles en puntos concretos de Madrid y la posterior detención, por parte de la policía, de aquellos inmigrantes indocumentados, me parecen redadas en toda regla que comportan un carácter xenófobo y racista.

A modo de denuncia colectiva y pacífica de las mismas, y con objeto de hacer notar entre la ciudadanía que tales comportamientos policiales atentan contra los derechos humanos que a todos nos asisten, esas brigadas de vecinos que se han formado en distintos barrios de la capital acuden con sus chalecos naranja y sus panfletos a los lugares en donde se ejercen esas prácticas discriminatorias.

La plasmación en imágenes del hecho ocasionó la detención hace meses de un fotógrafo del excelente periódico Diagonal, una publicación que viene ofreciendo cumplida y amplia información al respecto. En cuanto a los brigadistas, se les están imponiendo multas de bastante consideración, tal como me contaba recientemente una querida amiga, sobre todo si -como es el caso- la redada y la presencia de las brigadas coinciden con la visita a la zona -con motivo de un acto oficial- del alcalde Ruiz Gallardón, en cuyo caso la policía se mostró especialmente diligente, pues ya se sabe la pulcritud escénica que se exige en tales convocatorias.

Para imponer esas duras sanciones se basa la autoridad en un artículo de la Ley sobre Protección de la Seguridad Ciudadana, pues se considera la actitud de los brigadistas una infracción grave, dado que puede provocar reacciones en el público que alteren o puedan alterar la seguridad ciudana. Hoy abre el escritor Isaac Rosa con esa referencia su columna en el diario Público, donde nos aconseja mirar para otra parte si tenemos oportunidad de presenciar los que las brigadas vecinales alumbran. Es el mejor camino para que los ciudadanos lleguen a denunciar a esas brigadas algún día y todos nos quedemos un poco más a oscuras, hasta perder del todo la idea y el sentimiento de la solidaridad:

"Si van por la calle y ven a unos policías pidiendo los papeles a todo el que tenga pinta de extranjero –de extranjero pobre, claro-, sacándolos incluso de bares, locutorios y transportes públicos, no sean mal pensados: no es una redada indiscriminada basada en criterios racistas, qué va, esas cosas no pasan aquí.

Vale que son muchos los que dicen que sí, que hay redadas, y frecuentes: el Comité de la ONU contra la discriminación racial, que la semana pasada nos sacó los colores; asociaciones de inmigrantes y colectivos sociales; Cáritas, que asegura que suceden incluso en sus centros; abogados, juristas y hasta el Sindicato Unificado de Policía, cuyo responsable criticó en el Congreso las órdenes que reciben.

No sólo ellos: cada vez más ciudadanos son testigos de estas redadas, pues basta pasear por cualquier barrio con población inmigrante, o quedarse un rato en una plaza concurrida, y no tardan en aparecer los coches policiales. Pero Interior insiste en negarlo, así que estén tranquilos si lo ven: no es lo que parece.

Si pese a todo, ustedes lo ven y piensan que sí, que sí es lo que parece, agachen la cabeza y sigan su camino. Ni se les ocurra mirar, y mucho menos preguntar, no sea que les caiga una multa como ya han sufrido varios ciudadanos a los que perdió la curiosidad. Y ni locos hagan fotos, o les pasará como al fotógrafo Edu León, que lleva meses entrando y saliendo de comisarías y juzgados.

¿Todavía no se han convencido? ¿No les sale lo de hacer la vista gorda? Ya veo, ustedes son capaces de avisar, o incluso unirse, a las Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos que han surgido en varios barrios, donde vecinos organizados se visten chalecos naranjas y defienden los derechos de los inmigrantes.

Estos voluntarios, que no miran para otro lado ni pasan de largo, están sufriendo denuncias y multas por “provocar reacciones en el público que alteren la seguridad ciudadana”. Uno pensaría que es al revés, que son las redadas las que alteran la seguridad en las calles, pero se ve que no".

+@El xenófobo que divide a Alemania.
+@Racismo en España.
+@La ONU pide a España que acabe con los controles de identificación.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo falta un poco más de miedo, un poco más de paro y un poco más desesperación para que los ciudadanos hagan lo que dice Rosa. Y esperemos que se quede ahí.

LADIS dijo...

Dan miedo y quieren dar miedo, eso es lo que representa una redada.

Anónimo dijo...

Sólo se necesita un poco para que los sentimientos de xenofobia y racismo estallen...No pasa lo mismo con los de solidaridad, que han de cultivarse, y no parece que los tiempos se destquen en eso.

Anónimo dijo...

Amigo, puede que usted y yo estemos hoy fuera de peligro; pero quizá el día de mañana haya otros criterios de selección y entonces sí tengamos que andarnos con cuidado, usted y yo.
Es muy probable que así sea. Y eso se llama fascismo.

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