EL AUTOGOLPE DEL 23-F

Lazarillo

Se ha dicho más de una vez que sobre el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 nos queden por saber muchas cosas, que no las vamos a encontrar, desde luego, en el libro de Cercas sobre tal hecho histórico ni en las miniseries televisivas de cuño oficial. Una buena parte de las circunstancias que se pueden suponer están expuestas en la pormenorizada conferencia pronunciada hace unos meses por el coronel Diego Camacho, que por su ejercicio profesional tuvo acceso a determinadas y valiosas informaciones.

Según su teoría, se trataría de un autogolpe gestado desde las instancias del propio sistema para alterar el rumbo político y encauzarlo hacia una suerte (es un decir) de dictablanda. Factores geoestratégicos externos, relacionados con la llegada a la presidencia de Estados Unidos de Ronald Reagan y el reforzamiento/ampliación de la OTAN en el Mediterráneo, y otros de carácter interno como la escalada terrorista de ETA en aquellos años y el malestar de la cúpula militar con Adolfo Suárez tras la legalización del PCE, habrían sido decisivos para que el general Armada se hubiera podido convertir en otro Primo de Rivera, con el rey haciendo el papel que protagonizaron en el pasado sus antecesores, Alfonso XII y Alfonso XIII, tan dados a permitir que el Ejército resolviera situaciones límite como la que se planteó de modo artificioso con el secuestro del Gobierno y el Parlamento.

Si el golpe fracasó en última instancia se debió a que hubo un desencuentro en la tercera fase del mismo -según lo califica el coronel Camacho-, cuando el teniente coronel Tejero se sintió engañado por Armada al no cumplir éste la promesa del gobierno militar de la que le había hablado fechas antes. Escuchen atentamente lo que dice Diego Camacho y saquen ustedes sus conclusiones. Les adelanto que las últimas palabras del conferenciante, cuando se refiere a las que pronunció el comandante Cortina (responsable del CESID durante la intentona) en una pausa de los juicios de Campamento, aluden al atentado contra Carrero Blanco. La referencia de la alocución la hemos encontrado en la Página Identidad Andaluza.