jueves, 7 de octubre de 2010

¿ZAPATERO CANDIDATO CON UNA VELA A DIOS Y OTRA AL DIABLO?


Félix Población

Puede darse por satisfecha la señora Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, ante el resultado de las primarias socialistas en esa región. Me temo que sus expectativas de seguir al frente del gobierno autonómico siguen siendo las mismas que si Trinidad Jiménez, candidata de Rodríguez Zapatero, Pérez Rubalcaba y José Blanco, hubiese sido la ganadora. El problema del PSOE no es cuestión de candidatos, sino de programa y aproximación mínima a la sigla S. Lo que pasa ahora es que la derrota de Jiménez, tal como ha dicho Alfonso Guerra, ha supuesto también la derrota de quien sigue siendo -mientras no diga lo contrario- candidato a La Moncloa para 2012.

Fue muy torpe por parte de quienes apostaron por la ministra de Sanidad tratar de obligar a Tomás Gómez a cederle el puesto a Jiménez como candidata a la Comunidad de Madrid. Llegar a unas primarias y encontrarse con una militancia que descarta a la persona de confianza del jefe comporta para éste una derrota, mírese como se mire. Por eso ahora se empieza hablar de la probabilidad de que Zapatero no se presente a las elecciones generales, para las que puede que falte menos de lo que estipula el calendario.

No creo que esto llegue a ocurrir, sobre todo si como cabe prever se adelanta la cita con las urnas para dentro de un año. Rodríguez Zapatero, con todas las mermas sufridas a lo largo de los últimos meses, sigue siendo mejor cabeza de cartel que cualquier otro candidato improvisado que pueda abrirse paso en los próximos meses. Lo que pasa es que ZP debe decir ya si se presenta o no se presenta, porque es en la duda donde pueden aflorar rumores y especulaciones que perjudiquen a su partido por esa irresolución.

De ser candidato a La Moncloa por tercera vez, lo que sí debería evitar Rodríguez Zapatero es la retórica empalagosa y vacua de quienes compitieron en las primarias madrileñas. Cuando el país está sumido en el desempleo y se rebajan las pensiones, los salarios y los derechos sociales de los trabajadores, hablar como Jiménez o Gómez de proyectos llenos de animosa ilusión es un sarcasmo. Si ZP se presenta, el único camino digno que le cabe es la rectificación, porque ningún otro argumento le va a devolver la confianza que ha ido perdiendo en estos meses entre la base social que constituye el principal soporte de su electorado.

No me puedo imaginar a ZP en campaña tratando de ilusionar a "los mercados" y a esa base social al mismo tiempo. Además de imposible sería grotesco.

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