miércoles, 30 de junio de 2010

HONDURAS: ¿A QUÉ LLAMA MORATINOS RECONCILIACIÓN?


Lazarillo

Judith Muñoz Saavedra es una cooperante que vivió en Honduras meses después del golpe de Estado que daría paso al actual Gobierno tras un simulacro electoral. Su versión de lo que está ocurriendo en el país desde entonces no llegará posiblemente a los grandes medios de comunicación. Habla del asesinato selectivo de 9 periodistas en los últimos meses -¿se imaginan si eso ocurriera en Bolivia, Ecuador o Venezuela?-, de la persecución política, las detenciones ilegales, el aumento de feminicidios, el incremento de secuestros, el cierre de radios comunitarias y el desalojo de campesinos de sus tierras.

Después de condenar con energía el golpe de Estado de Micheletti, el Gobierno de España invitó al actual presidente de Honduras, Porfirio Lobo, a la pasada cumbre de la Unión Europea con Latinoamérica, legitimando lo que Estados Unidos dispone y manda, pues no en vano el golpe militar contó con un simulado y a la postre evidente apoyo norteamericano. Tal rebelión -saldada con decenas de muertos entre la resistencia-, fue auspiciada por la milicia y la oligarquía hondureña y se produjo bajo la presidencia democrática de Mel Zelaya, horas antes de que se celebrara un referéndum para modificar siete artículos constitucionales de la llamada Ley Primigenia, proveniente de la dictadura militar de 1982. Con esa consulta popular se esperaba restablecer la legitimación del poder civil sobre la distribución de la riqueza en un país donde el 80 por ciento de la población vive en la pobreza.

Según Muñoz Saavedra, el repudio al golpe se ha ido diluyendo en la misma medida que aumentaron las negociaciones para la firma del Tratado de Libre Comercio. Téngase en cuenta que Honduras, además de unas grandes reservas de petróleo, ofrece un paraíso de materias primas y el puerto de aguas profundas más grande y mejor equipado de Centroamérica. Tampoco se ha de olvidar la industria maquilera y la ubicación geopolítica estratégica del país. Estados Unidos acaba de inaugurar una nueva base militar en la región de la Mosquitia, que se suma a la de Palmerola, donde existe una de las mejores pistas de aterrizaje de todo Centroamérica.

Miguel Ángel Moratinos, nuestro ministro de Exteriores, le ha dicho al diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares que Honduras avanza hacia la normalización institucional y que el mantenimiento de las sanciones en el plano diplomático y de cooperación internacional alargaría el sufrimiento del pueblo hondureño. La explicación, que hoy hemos conocido a través de la prensa, se la ha dado Moratinos a Llamazares por escrito y sostiene, entre otras cosas, que Honduras está en un proceso de reconciliación nacional porque los hondureños, un año después del golpe, han optado por pasar página.

Me gustaría que la sensibilidad del risueño Moratinos tuviese en cuenta también el sufrimiento de otros pueblos, como el cubano, al hablar de la inutilidad de las sanciones en el plano diplomático y la cooperación internacional. También que me aclarase en qué consiste una normalización institucional y una reconciliación como las que la cooperante Judith Muñoz Saavedra refleja con su testimonio en Canal Solidario.

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