lunes, 12 de abril de 2010

PERIODISTAS-ROBOTS Y PENSAMIENTO ÚNICO


Lazarillo

En un artículo publicado hace unos días en el diario Le Monde, Ives Eudes nos advertía a quienes barruntábamos algo así como profesionales a distancia y clientes más o menos habituales de los telediarios que el periodista-máquina ya está en período de pruebas, fruto de un programa de inteligencia artificial conocido con el nombre de Status Monkey. La idea ha sido maquinada por dos profesores de la universidad Northwest (Illinois) y permitirá gestar y redactar una crónica al gusto del editor, con capacidad de adaptación a todos los estilos y de aplicación a cualquier especialidad del periodismo.

Aparte de la crónica de un enfrentamiento deportivo entre dos populares equipos de baloncesto de aquel país, suscrita explícitamente bajo la firma The Machine, Estados Unidos ya cuenta con un telediario en Internet (News at seven) presentado por dos individualidades totalmente virtuales a las que se les reconoce por los nombres de Zoe y George.

La excelente periodista y escritora Margarita Rivière publicaba ayer en el diario El País un artículo muy interesante (La generación privilegiada) en el que planteaba la posibilidad no sólo del periodista y presentador-robot, cuya docilidad y disponibilidad a toda prueba estarían garantizadas, sino del intelectual y escritor-máquina. Al fin y al cabo, se preguntaba con ironía Rivière, ¿para qué van a hacer falta escritores, periodistas o gente que, simplemente, piense, si eso ya resulta mucho más fácil gracias a una máquina capaz de procesar en segundos millones de datos?

No sé ustedes pero yo he pensado más de una vez, zapeando los telediarios que ofrecen las cadenas más importantes de televisión, que una especie así, robotizada, gestionaba la elección y hasta la disposición de las noticias merecedoras de difusión en los servicios informativos de cada empresa. Tal precisión y ajuste en lo que hay que decir es en muchas ocasiones tan coincidente que se diría obra de un equipo robotizado que tuviese por objetivo homogeneizar y reiterar hasta ese punto el contenido de los noticiarios.

Dice Margarita Rivière, autora de perspicaces ensayos sobre el mundo de la comunicación, que incluso a una periodista como ella, perteneciente a la generación sesentayochista, que ya preveía un futuro ultraconsumista regido por el valor del dinero, se le hace costoso atisbar en nuestros días que tendría que competir con robots como si el humanismo y la información fueran un campo de patatas. Esa generación, según la escritora, situada entre la píldora y el sida, fue testigo de cómo la censura política se transformaba en censura económica, mientras las ideologías dejaban paso a los intereses.

En eso estamos, y para eso nada mejor que la palabra, herramienta con la que comunicar y debatir ideas, se convierta en utensilio mecánico al servicio de intereses económicos. Ives Eudes titulaba su artículo en el citado diarió francés La era de los robots-periodistas y a nadie se le escapa que profesionales así son los más adecuados para elaborar y modelar el camino de perfección hacia el pensamiento único.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las facultades de periodismo ya enseñan a eso. ¿O no?

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