LOS PERIÓDICOS QUE INCAUTÓ FRANCO

Lazarillo

Hace algo más de doce años que una edición singular apareció en los quioscos, sólo por un día, con afanes conmemorativos no exentos de reivindicación. Se trataba del periódico republicano Heraldo de Madrid, que celebraba el hecho con este titular a toda página: Después de 48 años de silencio. Con ello se indicaba que casi medio siglo antes ese diario, como muchos otros, fue incautado por Franco después de la Guerra Civil.

Hoy, Jordi Xuclà, diputado de Convergencia y Unión, defenderá en el Congreso una proposición no de ley para que se restituya o compense a los herederos de los propietarios de aquellos medios de información que fueron incautados durante la dictadura. Xuclá promueve esa iniciativa a instancias de la familia Busquets, que en 1923 constituyó la Sociedad Editora Nacional, la empresa que publicaba entre otros diarios Herado de Madrid y El Liberal.

Leo en El Confidencial que el abogado y descendiente más directo de los propietarios, Guillermo Busquets Giralt, estima en 4,9 millones de euros el adeudo sólo por maquinaria, a los que habría que sumar otros 14 por daños y perjuicios. Como es sabido, buena parte de esos medios pasaron a depender de editores afines al Movimiento Nacional, hasta la supresión del organismo autónomo Medios de Comunicación Social del Estado en los primeros años ochenta.

Desde 1978 hasta el año en que se aprobó la ley que suprimía el aludido organismo (1982), la familia Busquets vino denunciando ante el Ministerio de Cultura ese débito del régimen democrático para con los propietarios de los periódicos republicanos, que tampoco ha contribuido a reparar la Ley de Memoria Histórica aprobada hace un par de años. El proyecto de ley de CíU insta al Gobierno a realizar un censo de los medios de comunicación incautados, para que se restituya a los descendientes de los perjudicados los importes de los bienes actualizados.

Entre los periódicos se encontraba el diario socialista Claridad, órgano de la UGT, que con Franco se convertiría en el rotativo Pueblo, medio de los sindicatos verticales. El último presidente del Consejo de Administración de Claridad fue Amaro del Rosal, el sindicalista asturiano recientemente rehabilitado por el Partido Socialista junto al presidente Juan Negrín, cuya política de resistencia defendió hasta el final el citado periódico.

Por lo mucho que representó para Amaro esa cabecera, me he permitido traerla a colación, al margen de lo que pueda ocurrir con la razonable propuesta en el Congreso de los convergentes catalanes. Todos esos medios incautados dejaron escrita en libertad la memoria de la II República. Son, por lo tanto, el precedente de lo que la prensa debe ser en democracia y una base fundamental, por tal motivo, de la Memoria Histórica que reivindicamos.