lunes, 27 de julio de 2009

EL FUEGO DE NUESTROS BOSQUES NO HACE MELLA EN LOS POLÍTICOS


Félix Población

Como bien recordarán los lectores, fue muy grave el incendio forestal que devastó buena parte de la provincia de Guadalajara hace cuatro años. La muerte de once operarios dio al siniestro una repercusión política que ahora mismo hemos echado en falta ante el fallecimiento de varios trabajadores y bomberos en las tareas de extinción llevadas a cabo en distintos puntos del país afectados por la llamas. Es como si al estar repartidas las bajas por Comunidades, los efectos políticos de la tragedia se hubieran diluido.

El verano de 2005 fue especialmente infausto en España y Portugal. Galicia y el vecino país soportaron múltiples incendios con un balance final auténticamente catastrófico. Ese año ilustró sobradamente el calamitoso récord que afecta a la Península Ibérica en relación con la Unión Europea: el 81 por ciento de los incendios que se dan en UE tienen como escenario el territorio peninsular. En 25 años, España ha perdido el 10 por ciento de su superficie forestal.

Si en lo que llevamos del actual verano ya se han quemado tantas hectáreas como a lo largo de todo el año anterior, es probable que estemos ante una nueva canícula especialmente adversa. Tengo observado que las noticias de los incendios en los telediarios se multiplican a medida que se va dando cuenta de las mismas. Igual eso tiene algo que ver con el hecho de que el 90 por ciento de los incendios sean provocados, sin que sea fácil probar la culpabilidad de los pirómanos.

Lo que para cualquier senderista está bastante claro es que nuestros montes están mal cuidados y se presta muy poca atención a la limpieza del material vegetal muerto que cuaja de yesca potencial su superficie. Si la Ley de Montes (2006) de la añorada Cristina Narbona preservó el suelo forestal de la especulación urbanística, sigue faltando mano de obra que sustituya la que se ausentó de nuestros pueblos con la despoblación rural y mantenía más despejados de materia seca nuestros bosques.

Que este verano las proporciones del fuego devastador vuelvan a ser preocupantes, hayan muerto en las tareas de extinción algunos operarios y ni una cosa ni otra haya hecho mella en los políticos para debatir y plantear medidas correctoras, deja a nuestros árboles más a merced de unos terroristas impunes que año tras año salen de excursión para hacernos desierto.

2 comentarios:

Una abedula dijo...

A la gente que quema los bosques a propósito, se les puede llamar terroristas perfectamente. ¿No es cierto que los árboles son seres vivos?. Yo no digo que lo pasen igual de mal que cuando, por ejemplo, en algunos artículos, se ha escrito sobre el maltrato animal, las guerras, y la violencia en las ciudades, los árboles no sienten, al menos eso creemos,pero nosotros, o algunos de nosostros, si sentimos la pérdida de nuestros bosques y, en casos como los de éste verano, la pérdida de gente que ha intentado evitarlo, y les ha costado la vida, eso si lo sentimos. Muchas veces el incendio es provocado, causando daños mucho mayores que quemar hectareas, que no es poco, pero si lo pensamos bien, cada vez que un árbol queda reducido a cenizas, el oxígeno que el mismo árbol puede darnos, se va con éste, condenandonos a nosotros poco a poco.

Lazarillo dijo...

Excelente comentario, dilecta abedula.

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