jueves, 30 de abril de 2009

RUMSFELD, LAS TORTURAS Y EL TAMIFLU


Lazarillo

Como es sabido, el Senado de Estados Unidos hizo público un informe que revela nuevos detalles sobre el proceso que llevó a la autorización de métodos coercitivos en interrogatorios a supuestos miembros de Al Qaeda. El documento señala a Donald Rumsfeld, que entonces era Secretario de Defensa. Dice el informe que Rumsfeld aprobó el empleo de técnicas agresivas contra detenidos en Guantánamo tras buscar consejo legal. Acusa a Rumsfeld de aprobar 15 procedimientos distintos de tortura el 2 de diciembre de 2002.

Será el juez Baltasar Garzón quien investigue las torturas cometidas por el ejército norteamericano o la inteligencia militar en la base estadounidense ubicada en la isla de Cuba o en cualquier otro centro de detención bajo responsabilidad de los Estados Unidos. Garzón afirma en su resolución que se ha revelado lo que antes se intuía: “La existencia de un plan autorizado y sistemático de tortura y malos tratos sobre personas privadas de libertad sin cargo alguno y sin los elementales derechos de todo detenido". Por eso, gracias a los documentos desclasificados por la administración norteamericana, Garzón abrió el lunes las diligencias hechas públicas ayer con las que pretende investigar a los responsables de esos delitos.

Dice Juan Torrens hoy en el diario El País: "Al hilo de las revelaciones de los informes sobre el uso de la tortura por parte de la CIA y las tropas norteamericanas, algunos "responsables" pretenden justificar su actuación con el manido argumento de la lucha contra el terrorismo. ¿Nos tendremos que convertir en peores bichos que los terroristas para luchar contra ellos? Se afirma falazmente que los métodos de martirio han evitado ataques terroristas. ¿En cuál de las 180 veces de ahogamiento simulado del sospechoso se enteraron? A mí no me costaría más de dos o tres asfixias reconocer haber cometido el asesinato de Lincoln... y el de César. Legalizar lo intolerable, matar lentamente al detenido, asesinarlo con deleitación, machacarlo con parsimonia para que confiese hasta las intenciones que ni siquiera él habría sospechado albergar. Se pretende institucionalizar las prácticas más abyectas y crueles que ni los dictadores más sanguinarios han querido nunca reconocer. Está bien que nos escandalicemos por tan depravadas pretensiones y nuestros jueces se alboroten señalando la viga en el ojo americano, aunque quizá también deberíamos revisar la tarima de nuestras comisarías".

Que el nombre de Donald Rumsfeld esté en los informes del Senado como uno de los máximos responsables de tales prácticas y también figure, según se puede leer en el siguiente post de Carmona, como uno de los mayores beneficiarios del negocio farmacéutico del Tamiflu para combatir la epidemia de gripe norteamericana iniciada en México, no deja de llamar la atención, y no sólo porque la actualidad haya hecho coincidir lo noticioso de ambos casos.

RedDIARIO

Manel Fontdevila, Público.

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