viernes, 6 de marzo de 2009

LOS TELEGRAMAS DE FRANCO A SU EMBAJADOR EN LONDRES


Félix Población

El diario Público adelantaba ayer una información muy interesante relativa a los miles de telegramas que el cuartel general de Franco envió a Londres entre 1936 y 1940, a fin de convencer a la prensa británica de las buenas razones que amparaban el golpe militar. Ofició como embajador franquista Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Alba, que tuvo a bien encuadernar toda esa documentación en veinticinco tomos, alojados recientemente en el creciente Centro Documental de la Memoria Histórica.

El citado periódico abunda hoy en esa información con una doble página en la que expone el contenido de algunos de los telegramas. Entre ellos es de destacar el que Franco envió a Hitler con motivo de la felicitación que éste a su vez había remitido a su aliado con motivo de la caída de Barcelona en enero de 1939: Victoria Cataluña corresponde fe depositasteis en nosotros desde el primer momento. Franco adjunta además sus mejores votos por la grandeza de vuestra nación.

Hay además otros mensajes en donde se glosan las excelentes condiciones de internamiento que se dan en las cárceles franquistas, el triple valor de la peseta azul frente a la peseta roja y hasta las curaciones milagrosas que como cruzados de la causa se dan entre los combatientes del bando sublevado. No falta tampoco un texto en el que se acusa al presidente de la República, Manuel Azaña, de haber huido a Francia cargado de joyas, oro y preciosa pedrería.

Todo ese material esperamos que esté pronto a disposición de los ciudadanos. Para ello será imprescindible que las nuevas dependencias del Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca se habiliten cuanto antes y promueva el CDMH una de sus funciones sociales más provechosas. Sería ésa a mi juicio la que como institución dependiente del Ministerio de Cultura y por medio de las oportunas campañas difusión didáctica debería encargarse de paliar en lo posible la ignorancia, desconocimiento o indiferencia que sobre los años treinta del pasado siglo, así como sobre la dictadura franquista, tienen las jóvenes generaciones.

Si los textos contenidos en los telegramas de Franco al duque de Alba configuran el preámbulo de la tendenciosa versión de ese periodo sufrida por varias generaciones de españoles durante la dictadura, la obligación de una España democrática sería evitar a toda costa que nuestros escolares ignorasen lo que Franco representó en la historia de nuestro país, al margen de versiones revisionistas o muy manifiestas interpretaciones partidarias: la interrupción a sangre y fuego de un régimen democrático y la postergación de la democracia durante casi cuarenta años.

Se debe reiterar una vez más que si pasamos por alto esas páginas de nuestro más trágico pasado sin leerlas, el fruto del olvido podría dar como resultado el riesgo y hasta la posibilidad de repetirlas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tergiversación ayer y hoy olvido. ¿Adónde vamos así?

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