miércoles, 21 de enero de 2009

LAS NIÑAS DE OBAMA, LAS NIÑAS DE GAZA



Félix Población

Celebran hoy todos los grandes medios de información con titulares muy resueltos el esperanzador discurso del cambio pronunciado por el nuevo presidente de los Estados Unidos. Se espera mucho de Barack Hussein Obama, quizá como contraste a lo mucho que nos desesperó su predecesor a lo largo de los pasados ocho años.

Esto último sin duda ha tenido su influencia para que la excelente campaña de promoción del actual inquilino de la Casa Blanca nos lo mostrara con los mejores atributos y buena parte de la ciudadanía hiciera suyo el eslogan electoral: yes, we can. A la fabricación de esa buena imagen ha contribuido decisivamente el hecho de ser Obama el primer presidente mulato en la historia de su país, con lo que eso comporta como materialización efectiva del sueño americano -aunque hayan tenido que pasar antes 43 predecesores blancos-, así como por su indudable atractivo personal y su retórica en alza (soaring rhetoric), sabiamente entonada gracias a una voz cálida y a una elocuencia convincente.

El producto no podía fracasar y ahí lo tenemos, al frente de la nación más poderosa del planeta, lógicamente esperanzada además ante quien promete cambios en un tiempo tan a propósito como el marcado por una grave y prolongada crisis económica y financiera.

De entre todas las fotografías que nos llegaron de la toma de posesión de Barack Hussein Obama me quedo con la de sus hijas. No puedo evitar comparar su saludable aspecto, la alegría de sus rostros en tan señalada jornada y la elegancia de su atuendo con las imágenes que días atrás recibimos de los niños de Gaza. Israel tuvo la deferencia de dejar de matarlos para que la toma de posesión del nuevo presidente de los Estados Unidos discurriera en paz.

No quedaría nada bien que mientras Obama dijera que América es la amiga de cada nación y cada hombre, mujer y niño que persigue un futuro de paz y dignidad o que América tiene que desempeñar su papel en el alumbramiento de una era de paz, Israel continuase su masacre gracias a las armas que le vende Estados Unidos, fruto a su vez de los impuestos de sus ciudadanos.

No hubo ninguna referencia del nuevo mandatario a esos 400 niños palestinos que ya no pueden perseguir un futuro de paz y dignidad para sus vidas. Bastó que Israel cesara unas horas antes en su acoso de destrucción y muerte sobre Gaza para que Barack Hussein Obama tuviera la discreción política de ignorarlos en su discurso del cambio. No sé a qué se refería por eso cuando dijo: El mundo ha cambiado y tenemos que cambiar con él.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

MÁS DE LO MISMO, UN POCO MEJOR ACICALADO, COMO LA PROPIA CAMPAÑA DE OBAMA, MERCADOTECNIA, PUBLICIDAD...

Anónimo dijo...

Se refería al dinero, claro. ¿Hay otra cosa?

Anónimo dijo...

Algo mejor va ir la cosa, peor es imposible.

Anónimo dijo...

Por humana que sea la esperanza, más me parece la piedad y Obama ha preferido eximirse de esto con las madres , hijos y abuelos asesinados en Gaza. Mal asunto.

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