martes, 6 de enero de 2009

LA MASACRE DE GAZA, ZP Y JUAN DIEGO BOTTO


Félix Población

Me parece muy bien, señor Presidente del Gobierno, que usted haya dicho lo que finalmente manifestó públicamente ayer después de casi diez días de silencio, mientras las bombas y los tanques isarelíes sembraban de cadáveres en su mayoría civiles la tierra palestina de Gaza. Es lo mínimo que cabía esperar de un dirigente político que de modo tan insistente nos ha venido hablando durante estos pasados años de la alianza de civilizaciones. Ciertamente, señor Rodríguez Zapatero, la seguridad es vital para Israel y sus ciudadanos (...), pero poner esta conquista en la fuerza de las armas, sin atender a los daños irreparables a población inocente, es un camino sin salida, y los ataques de Israel son reacciones absolutamente desproporcionadas y contrarias al Derecho Internacional humanitario.

Para afirmar esto, que cualquier líder occidental con conciencia humanitaria debería suscribir en estas fechas, ha tardado usted una eternidad en decidirse. Hablo de eternidad porque en verdad lo es cuando, mientras valoraba usted los pros y los contra de esta decisión política, no dejaba de crecer la destrucción y la muerte sobre el pueblo palestino. Ciertamente, otros líderes de este país nuestro -me refiero sobre todo a los del Partido Popular- no han despegado los labios mientras asistían delante de sus televisores a la oleada de barbarie israelí. Para ellos sin duda, lo políticamente correcto era guardar silencio, evitando unas declaraciones que por humanidad al menos deberían apiadarse del oprimido -aunque sólo fuera por electoralismo en este año con muchas urnas pendientes-, para no entrar así en contradicción con sus criterios ideólogicos, proclives al Imperio. Su mutismo les delata y hace cómplices de un crimen con hechuras genocidas en un ámbito geográfico y durante unas jornadas de tanta significación cristiana como las navideñas.

Ese Partido Popular y sus medios afines se refieron con el término descalificativo de titiriteros durante la pasada legislatura a los actores y gentes de la cultura que se opusieron en su día a la invasión de Irak . Nuevamente hoy debemos contar con la palabra de los cómicos para encontrar un mensaje concorde con la indignación que muchos sentimos ante la masacre de Gaza. ZP debería saber, por experiencia propia y por el apoyo que el mundo de la cultura le dispensó en su día, que sus declaraciones de ayer se hicieron esperar mucho, sobre todo para ese colectivo. Basta para ello leer la carta que el actor Juan Diego Botto firma hoy en el diario Público:

"¡Cómo se pueden llegar a retorcer las palabras! Olmert y Livni quieren preservar la seguridad de los ciudadanos de Israel, que se ven sometidos a los ataques de los muy temibles misiles qassam. Tan temibles, por cierto, que en el último año han matado a cuatro ciudadanos israelíes, mientras que en sólo diez días Israel ha asesinado a más de 400 palestinos.

El Estado terrorista en que se ha convertido Israel ha cortado el suministro de alimentos, medicinas, electricidad y demás necesidades básicas a toda la franja de Gaza, es decir, ha castigado a 1 millón y medio de personas para obtener fines políticos: deshacerse de Hamás, elegido democráticamente por su pueblo (nos guste o no). Dispara contra objetivos tan militares como universidades o casas de civiles y con toda seguridad su incursión en Gaza multiplicará las víctimas.

La sangre de estas acciones –que encajan con cualquier definición de terrorismo por estricta que sea–, inunda el corazón de los palestinos y manchará por siempre la conciencia de los mandos israelíes que las cometen. Ellos deberían saber que la Historia olvida mal. Y habrá museos del Holocausto palestino para recordar a las víctimas de esta masacre. Pero lo que realmente es escandaloso, lo que produce una vergüenza infinita, es la respuesta de la comunidad internacional.

Si la decencia, no ya la moral o la ética, sino simplemente la decencia, tuviera alguna cabida en la política, los Estados europeos deberían amenazar con romper relaciones con Israel, o romperlas de hecho, o llamar a consultas a los embajadores, o, al menos, imponer sanciones económicas –por muchísimo menos se las impusieron a Hamás–. Pero todos sabemos que eso no va a ocurrir. Israel entrará en Gaza a sangre y fuego, Europa no hará nada, Estados Unidos ni hablemos, (Obama sigue jugando al golf).

El títere de Abbas negociará un Estado palestino sin poder alguno sobre sí mismo, acantonado, sin fronteras, sin recursos, sin soberanía real. Entonces, con la tierra ya quemada, saldrán los ministros de Exteriores europeos a decir “señores cálmense”. Aún recuerdo a algunos dirigentes europeos encerrados con Arafat en la Mukata. De aquellos días a esta pasividad, cuánta autoridad moral hemos perdido".

RedDIARIO
Doce reglas infalibles para redactar noticias sobre Oriente Próximo en los medios. (SinPermiso).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vamos a mucho peor desde el 11-S. Todo indica a quién va a beneficiar aquella fatídica fecha.

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