EL CAMBIO EN LA DIRECCIÓN DE "PÚBLICO"

Félix Población

Muchos de los lectores que comentaron ayer la escueta e insuficiente información en la que el diario Público daba cuenta del cambio de director, con la sustitución del joven Ignacio Escolar por el curtido Félix Monteira, expresaron su malestar ante la posibilidad de que el periódico del señor Roures, próximo a ZP, hubiese decidido reconvertir Público en una suerte de sucursal de El País por la simple razón de proceder Monteira del rotativo de PRISA.

Además de que no tendría ningún sentido empresarial pretender esa meta, quienes estén al tanto de cómo salió de rebotado don Félix del diario de Polanco, Cebrián y compañía coincidirán conmigo en que, aunque sólo fuera por eso, por dignidad profesional y por los méritos que avalan a quien lleva tantos años de oficio en puestos directivos, el nuevo director de Público tendrá por horizonte no coincidir con la línea editorial de sus anteriores patrones, sino reinicidir en la que hasta ahora venía manteniendo su nueva empresa, claramente diferenciada hoy en día por la perspectiva que está dando sobre todo de la invasión de Gaza y el conflicto en Palestina.

No faltaron, a propósito de esta cuestión de internacional relevancia, quienes creyeron y creen que la repentina sustitución de Escolar pudo deberse precisamente a la postura de Público respecto a la masacre israelí, clara y rotundamente decantada en la denuncia explícita y valiente de los hechos. No olvidemos que incluso algunos periódicos judíos se refirieron al antisemitismo de la prensa española, poniendo la cabecera del joven periódico como ejemplo de tal proceder. En este sentido hubo comentarios ayer en los mentideros profesionales que daban como posible razón del sorpresivo cambio en la dirección el último artículo de Escolar (Israel, la ley de Godwin y el talión), publicado el pasado domingo, como si el mismo hubiera sido capaz de afectar a las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de Israel y España.

Descartado lo que hasta aquí se ha dicho, tengo la presunción, puesto que debo seguir apostando por un periódico a la izquierda de El País que no se malhaga, estrangule, frustre o malogre al poco de su nacimiento, que el cambio al frente de Público no responde a un recado urgente de motorista procedente de La Moncloa, sino a un ahondamiento en la línea editorial elegida, así como a una mayor profesionalidad en algunos de los contenidos del rotativo, bastante adolescentes hasta ahora.

Estoy convencido por eso de que, gracias a la experiencia y perspicacia del nuevo director, el periódico abandonará pronto ese resabio superficialmente juvenil que caracterizaba alguna de sus secciones, contará pronto con unos columnistas de opinión que estén por lo menos a la altura de Saco, Ortiz, Roig o Wyoming, rediseñará o eliminará algunas de las páginas de ocio y hará más atractiva esa contraportada doblemente fallida con y sin deporte. Es de esperar y desear que así sea como principio y en concordancia con los principios debidos al objetivo fundacional del periódico.

RedDIARIO
Escolar y su última intervención como director en RNE. (Salvador López Arnal).