lunes, 20 de octubre de 2008

EL ÚLTIMO MAQUIS


Félix Población
Avergüenza comprobar, una vez aprobada la llamada Ley de la Memoria Histórica que a un gobierno socialista ni se le ocurrió plantear hace 25 años, que a más de 30 del vigente periodo democrático la guerrilla antifranquista que siguió peleando contra el fascismo después de la Guerra Civil sólo obtenga en esa ley una alusión, sin la más mínima referencia a la restitución de su memoria.

Tal como titulaba ayer el diario Público, aquellos guerrilleros siguen siendo los soldados olvidados de la República, equivalentes al menos en dignidad, valor, conciencia democrática y méritos combativos a los españoles exiliados en Francia que, después de haber sido maltratados en los campos de concentración habilitados para su control por las autoridades francesas, contribuyeron con las armas a la liberación de París de la ocupación nazi.

Unos y otros estaban empeñados en una misma batalla, pero mientras en Francia se les reconoció de inmediato su lucha, sólo el auto publicado recientemente por el juez Baltasar Garzón, al cabo de más de 30 años de la transición democrática, vino a reparar el olvido oficial -como víctimas del franquismo privadas hasta ahora de pensiones, honores o cualquier otro tipo de reconocimiento- de quienes lo combatieron hasta 1952.

Contaba ayer en el citado periódico José M. Montorio, quizá el último maquis sobreviviente, que en 1945 se celebró en Toulouse el I Congreso de Guerrilleros Españoles y que a principios del año siguiente él retornó a España con un pequeño grupo de compañeros que peleó en la sierra turolense de Javalambre. Las condiciones de aquel combate desigual fueron en extremo penosas para ellos, sobre todo a raíz de 1947, cuando Franco aprobó la Ley de Bandidaje y Terrorismo y su régimen empezó a ser apuntalado internacionalmente.

Montorio refería que cuando él y sus camaradas volvieron a Francia en 1952, luego de 25 jornadas a pie, ningún responsable del Partido Comunista, máximo propulsor de la iniciativa guerrillera, les esperaba como reconocimiento formal al menos a los seis años en que aquellos hombres lucharon en manifiesta minoría contra las avezadas y sólidas fuerzas de seguridad franquistas.

Yo no sé si entre los represores falangistas que contribuyeron al aniquilamiento de los vencidos habrá hoy en día sobrevivientes, ni si sus nombres estarán a disposición del juez Garzón, pero mucho más que la tardía e improbable comparecencia de éstos ante la justicia me preocupará siempre el olvido que una democracia como la nuestra, tantas veces ensalzada como ejemplar, ha deparado durante más de 30 años a quienes lucharon por la democracia jugándose la vida en el empeño. Quizá porque lo uno vaya con lo otro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La comparación entre quienes lucharon en Francia con honores de libertadores y quienes lucharon en España con deshonores de bandidos y terroristas me parece muy adecuada, y denuncia el lamentable papel de Europa.

Anónimo dijo...

La comparación entre quienes lucharon en Francia con honores de libertadores y quienes lucharon en España con deshonores de bandidos y terroristas me parece muy adecuada, y denuncia el lamentable papel de Europa.

Anónimo dijo...

La comparación entre quienes lucharon en Francia con honores de libertadores y quienes lucharon en España con deshonores de bandidos y terroristas me parece muy adecuada, y denuncia el lamentable papel de Europa.

Anónimo dijo...

VIVA LA TERCERA REPÚBLICA FEDERAL DE ESPAÑA VIVA LA TERCERA REPUBLICA FEDERAL DE ESPAÑA VIVA...

Anónimo dijo...

REPÚBLICA FEDERAL YA
ABAJO LA MONARQUÍA
HERENCIA DE FRANCO DICTADOR FASCISTA AMIGO DE HITLER.

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