lunes, 22 de septiembre de 2008

ETA Y SU RENOVADA AMBICIÓN DE MASACRE


Félix Población
Es la tercera vez en las últimas veinticuatro horas que ETA ha pretendido matar con sus coches bomba. Antes, la semana pasada, sólo un fallo en la bomba lapa adosada al vehículo de un policía en Basauri evitó lo peor. Ayer en Ondarroa, Vizcaya, la pretensión de la banda de causar el mayor número de víctimas en el cuartel de la Ertzainza no se cumplió gracias a la suerte. Esta madrugada, en cambio, los terroristas han logrado en Santoña el objetivo que les caracteriza. La del brigada Luis Conde de la Cruz es la tercera vida que siegan en lo que va de año.

ETA acaba de incrementar su profuso historial de sangre en respuesta a la ilegalización de dos partidos políticos valedores de su ejecutoria. Todo parece indicar, por la gran carga de explosivos utilizada en estas últimas acciones, que la capacidad operativa de los etarras sigue siendo suficiente para seguir adelante con esta fácil estrategia de muerte y terror.

No sé qué habría dicho el señor lehendakari de haberse saldado el atentado contra el cuartel de la policía autónoma vasca con la masacre que a no dudar pretendían los terroristas. Sí está claro que el señor Ibarreche expresó hace días sus objeciones y disconformidad con la ilegalización por el Tribunal Supremo de ANV y PCTV (Acción Nacionalista Vasca y Partido Comunista de las Tierras Vascas), hasta el punto de manifestar hoy el señor Revilla, presidente de Cantabria, que las palabras del fibroso lehendakari ponían en cuestión el Estado de Derecho. La ilegalización de las organizaciones políticas vinculadas a ETA está siendo cuestionada -ha dicho don Manuel después del atentado de ETA en su Comunidad- por quien debería estar ahora a la cabeza de la lucha contra el terrorismo, porque quien más lo sufre es el pueblo vasco.

Lo más repudiable del criterio sostenido por Ibarreche respecto a su disconformidad con la ilegalización de las dos formaciones es que la excusa de ETA para llevar a cabo estos atentados es esa misma disconformidad. Habría sido en verdad trágicamente paradójico que como consecuencia de esa coincidencia el señor lehendakari hubiese tenido que asistir al funeral de uno de sus funcionarios policiales tras el atentado de Ondarroa.

Más que ese sentimiento de asco que dice tener don Juan José ante el nuevo asesinato de ETA, sería conveniente que el señor Ibarreche reconsiderase que si ETA ha encajado tan mal esas ilegalizaciones es por el daño que pueden causarle de cara a su más que azaroso porvenir. Por eso la banda ha pretendido a su vez causar ahora el máximo daño posible con esta renovada ambición de masacre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, con procedimientos democráticos, yo persiguiera los mismos fines que un grupo terrorista, aplazaría el intento de conseguirlos mientras siguieran hablando las armas. Por dos motivos: No querría que hubiese duda alguna por parte de los demócratas de que los avances de mi propósito lo han sido de forma legítima. Y tampoco quisiera que gente cuyos métodos rechazo pensara que les debo algo.

Anónimo dijo...

En el País Vasco todo debate de ideas y partidos está manchado por la ejecutoria matona de ETA. Esto ha sido tan negativo para cualquier alternativa independetista que nada que conduzca a esas ideas puede sustraerse de cómo defenndió ETA las mismas.

Anónimo dijo...

Muy buen comentario el de Folía. Lo comparto.

Anónimo dijo...

Si ETA sigue en acción, el lehendakari Ibarretxe debería retirarse porque está fuera de juego lo que pretende con sus consultas.

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