Lazarillo
Se comentaba hoy en el resumen habitual de periódicos europeos que se suele hacer cada día en las emisoras de radio, que la llamada directiva de la vergüenza, por la cual Europa puede privar de libertad durante 18 meses a un inmigrante sin papeles, ocupa un lugar muy discreto en las páginas de los diarios. Es como si los rotativos reflejaran así el calificativo con el que esa norma ha sido catalogada por las organizaciones de derechos humanos.
Tal como señala hoy don Miguel Ángel Gimeno en el diario Público, con esta directiva aprobada ayer por el Parlamento de la Unión Europea se establece la subcategoría de ser humano ilegal. Para el portavoz de la asociación Jueces para la Democracia existe una gran diferencia, a la hora de regular necesariamente la emigración ilegal, entre su consideración como un problema de seguridad pública o su gestión de manera humanitaria.
Según el punto primero del manifiesto que he podido leer en FERINE (Federación Estatal de Asociaciones de Refugiados e Inmigrantes en España), y a la vista de la crisis económica que se le venía encima, la UE se ha agenciado un expeditivo procedimiento para quitarse de encima los/las inmigrantes que les sobran para mantener los costes salariales suficientemente bajos que necesita la “competitividad de la economía europea”. El derecho a la libre circulación de las personas(migración), tan enfáticamente consagrado por la UE y sus Estados en tantas ocasiones, queda reducido así a una simple autorización administrativa discrecionalmente concedida en función de las variables necesidades de ganancia y acumulación del capitalismo europeo.
Esta eufemística Directiva del Retorno ha sido aprobada una semana después de que Bruselas estimara la jornada de 65 horas semanales como un paso adelante para los trabajadores, otra normativa de flagrante regresión social ante la que los eurodiputados de PSOE de don Pablo Iglesias se permitieron la gallardía de abstenerse.
No ha sido así con la directiva de la vergüenza. Sólo dos de los 16 eurodiputados socialistas españoles, los señores Borrell y Obiols, votaron en contra. Teniendo en cuenta que Josep Borrell preside la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo, ante la que los jefes de Estado y Gobierno de más de 40 países en vías de desarrollo han mostrado sus temores por la nueva directiva, parece que la dignidad de la coherencia y la conciencia primó sobre el sometimiento sin conciencia a la disciplina de voto.
Se comentaba hoy en el resumen habitual de periódicos europeos que se suele hacer cada día en las emisoras de radio, que la llamada directiva de la vergüenza, por la cual Europa puede privar de libertad durante 18 meses a un inmigrante sin papeles, ocupa un lugar muy discreto en las páginas de los diarios. Es como si los rotativos reflejaran así el calificativo con el que esa norma ha sido catalogada por las organizaciones de derechos humanos.
Tal como señala hoy don Miguel Ángel Gimeno en el diario Público, con esta directiva aprobada ayer por el Parlamento de la Unión Europea se establece la subcategoría de ser humano ilegal. Para el portavoz de la asociación Jueces para la Democracia existe una gran diferencia, a la hora de regular necesariamente la emigración ilegal, entre su consideración como un problema de seguridad pública o su gestión de manera humanitaria.
Según el punto primero del manifiesto que he podido leer en FERINE (Federación Estatal de Asociaciones de Refugiados e Inmigrantes en España), y a la vista de la crisis económica que se le venía encima, la UE se ha agenciado un expeditivo procedimiento para quitarse de encima los/las inmigrantes que les sobran para mantener los costes salariales suficientemente bajos que necesita la “competitividad de la economía europea”. El derecho a la libre circulación de las personas(migración), tan enfáticamente consagrado por la UE y sus Estados en tantas ocasiones, queda reducido así a una simple autorización administrativa discrecionalmente concedida en función de las variables necesidades de ganancia y acumulación del capitalismo europeo.
Esta eufemística Directiva del Retorno ha sido aprobada una semana después de que Bruselas estimara la jornada de 65 horas semanales como un paso adelante para los trabajadores, otra normativa de flagrante regresión social ante la que los eurodiputados de PSOE de don Pablo Iglesias se permitieron la gallardía de abstenerse.
No ha sido así con la directiva de la vergüenza. Sólo dos de los 16 eurodiputados socialistas españoles, los señores Borrell y Obiols, votaron en contra. Teniendo en cuenta que Josep Borrell preside la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo, ante la que los jefes de Estado y Gobierno de más de 40 países en vías de desarrollo han mostrado sus temores por la nueva directiva, parece que la dignidad de la coherencia y la conciencia primó sobre el sometimiento sin conciencia a la disciplina de voto.
RedDIARIO
El PSOE intenta impedir la imagen de desgaste de Zapatero. (Público).
+A nuestra izquierda hay unos 300.000 votantes indecisos, y a nuestra derecha hay en torno a un millón. Frase de un cualificado miembro del PSOE antes de las las elecciones del pasado mes de marzo. (Arsenio Escolar).
+A nuestra izquierda hay unos 300.000 votantes indecisos, y a nuestra derecha hay en torno a un millón. Frase de un cualificado miembro del PSOE antes de las las elecciones del pasado mes de marzo. (Arsenio Escolar).
2 comentarios:
Esta legislatura hará necesara una alternativa de izquierdas a la izquierda del PSOE, no sé si IU o la que la sustituya con algo más de entidad.
Si antes de las elecciones pasadas el PSOE ya se "centró" un poco, no me atrevo a imaginar lo "centrado" que va a ser si el PP también se "centra" como parece.
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