Lazarillo
Hacía notar ayer Miguel Ángel Aguilar, ducho en el oficio donde los haya, que para vislumbrar si la investidura del señor Rajoy como líder de la oposición iba por buen camino hacia el congreso de junio del PP, convenía observar la asistencia sonora que le prestaba su grupo durante el debate de investidura de ZP. Tal observación me hizo seguir los aplausos de la claque con mayor interés que en otras ocasiones, sin apreciar variaciones de intensidad y frecuencia dignas de resalte. Lo que sí apunté, asistiendo a la fisonomía apagada y a la poca prestancia en el palmeo de algunos de los diputados del Partido Popular, es que a sus ovaciones les faltaba convicción. Ni al congestionado Cañete, que ofició de bronquista, ni al como-ausente Acebes, entre otros, se les notó precisamente el entusiasmo.
El arranque de esta legislatura se presenta complejo y difícil tanto para el candidato a la Presidencia del Gobierno como para don Mariano Rajoy. La llamada desaceleración económica, que parece más bien una crisis en toda regla -a pagar como siempre por los de abajo-, va a afectar sin duda a la gobernación de España, de la que ZP será responsable. Posiblemente, confiados en las vicisitudes de esa crisis, haya en el PP quienes sigan apostando por el señor Rajoy como líder de la oposición, pues de ese modo el aprovechamiento político que se puede hacer de las mismas será más resolutivo e inmediato, sin necesidad de los riesgos y variantes que siempre implica un cambio de liderazgo en el partido.
Pero las ambiciones entre los candidatos conservadores a La Moncloa andan demasiado avivadas como para no creer en la posibilidad de su floración. La lideresa Aguirre no descarta ese recorrido, auspiciado por quienes jalean su codicia de poder desde cabeceras mediáticas bien reconocidas. El alcalde de Madrid nunca descartará del todo esa posibilidad. Con los nombres de una y otro han aparecido en las últimas fechas varias webs movilizadoras. Aznar+Losantos+Rouco= Aguirre, dice una que se enfrenta a la que promocionaba a doña Esperanza como próxima aspirante a la Presidencia del Gobierno. Gallardón 2012 se llama la que fomenta la candidatura de don Alberto.
Toda esa ebullición electrónica en pro y en contra de quienes siguen teniendo más posibilidades que otros de sustituir a don Mariano, así como un cierto clima de recelo soterrado que se respira dentro del partido a dos meses de su congreso, denota que los aplausos de la claque ayer durante el debate de investidura no gozaban de la concentración requerida para avistar un grado de confianza suficiente en la permanencia del señor Rajoy más allá de junio.
RedDIARIO
El vicealcalde de Madrid lamenta el espectáculo que está dando Esperanza Aguirre. (El País).
Hacía notar ayer Miguel Ángel Aguilar, ducho en el oficio donde los haya, que para vislumbrar si la investidura del señor Rajoy como líder de la oposición iba por buen camino hacia el congreso de junio del PP, convenía observar la asistencia sonora que le prestaba su grupo durante el debate de investidura de ZP. Tal observación me hizo seguir los aplausos de la claque con mayor interés que en otras ocasiones, sin apreciar variaciones de intensidad y frecuencia dignas de resalte. Lo que sí apunté, asistiendo a la fisonomía apagada y a la poca prestancia en el palmeo de algunos de los diputados del Partido Popular, es que a sus ovaciones les faltaba convicción. Ni al congestionado Cañete, que ofició de bronquista, ni al como-ausente Acebes, entre otros, se les notó precisamente el entusiasmo.
El arranque de esta legislatura se presenta complejo y difícil tanto para el candidato a la Presidencia del Gobierno como para don Mariano Rajoy. La llamada desaceleración económica, que parece más bien una crisis en toda regla -a pagar como siempre por los de abajo-, va a afectar sin duda a la gobernación de España, de la que ZP será responsable. Posiblemente, confiados en las vicisitudes de esa crisis, haya en el PP quienes sigan apostando por el señor Rajoy como líder de la oposición, pues de ese modo el aprovechamiento político que se puede hacer de las mismas será más resolutivo e inmediato, sin necesidad de los riesgos y variantes que siempre implica un cambio de liderazgo en el partido.
Pero las ambiciones entre los candidatos conservadores a La Moncloa andan demasiado avivadas como para no creer en la posibilidad de su floración. La lideresa Aguirre no descarta ese recorrido, auspiciado por quienes jalean su codicia de poder desde cabeceras mediáticas bien reconocidas. El alcalde de Madrid nunca descartará del todo esa posibilidad. Con los nombres de una y otro han aparecido en las últimas fechas varias webs movilizadoras. Aznar+Losantos+Rouco= Aguirre, dice una que se enfrenta a la que promocionaba a doña Esperanza como próxima aspirante a la Presidencia del Gobierno. Gallardón 2012 se llama la que fomenta la candidatura de don Alberto.
Toda esa ebullición electrónica en pro y en contra de quienes siguen teniendo más posibilidades que otros de sustituir a don Mariano, así como un cierto clima de recelo soterrado que se respira dentro del partido a dos meses de su congreso, denota que los aplausos de la claque ayer durante el debate de investidura no gozaban de la concentración requerida para avistar un grado de confianza suficiente en la permanencia del señor Rajoy más allá de junio.
RedDIARIO
El vicealcalde de Madrid lamenta el espectáculo que está dando Esperanza Aguirre. (El País).
2 comentarios:
En los telediarios se nos muestra como "normal" la preocupación de la gente "normal" por la subida de los precios, la bajada de las ventas de coches,el pinchazo de la burbuja inmobiliaria... Parece que esto es lo único que pasa.
Leo en Diario del Aire a autores como Galeano, Boff y Canciani hablando de "los otros" y de cómo nuestro normal modo de vida les transforma la suya, siempre para mal, se la dificulta insoportablemente, o se la quita sin más.
Me parece necesario dar foco a lo que se sale de nuestro mundito particular, asomarnos al menos a la ventana de nuestra coqueta casa de muñecas y ver lo que pasa. Gracias, Diario del Aire.
Como Chorlito creo que Diario del Aire hace muy bien en alternar la visión de nuestro mundo de medioestar más que de bien estar, con el de de aquellos países en desarrollo para los que las voces de Boff, Galeano y demás son tan necesarias.
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