sábado, 12 de abril de 2008

ELECCIONES EN ITALIA: BASURA Y MOZARELLA

Félix Población
Hace un par de años, con ocasión de mi estancia en Italia para impartir un curso de español como profesor invitado en una universadad del centro del país, tuve oportunidad de comprobar el grado de desencanto de la ciudadanía ante la convocatoria electoral que se celebraba por aquellas fechas. Ese desencanto, mezcla de indiferencia y hastío, era especialmente notable entre los jóvenes, con los que por mi dedicación profesional tuve más estrecha relación durante mi permanencia.

Me imagino sin esfuerzo, tal como nos cuentan las crónicas, que el grado de hartazgo entre los italianos será hoy, en vísperas de una nueva concurrencia a las urnas, mayor que ayer y posiblemente menor que mañana, porque Italia sigue postrada en una muy seria crisis económica que según el Fondo Monetario Internacional no permitirá a la nación más que un 0,3 por ciento en el incremento del PIB, previsión cuatro veces inferior a la media europea.

Leo en la edición de hoy del diario Público que la crisis de la basura es una metáfora de lo que está ocurriendo en Italia. Para mayor relevancia de la misma, aseguran los ecologistas que esa crisis, ocasionada por la mala gestión de los vertederos de residuos tóxicos, está ocasionando la filtración en el subsuelo de dioxinas que han acabado por incrementar los índices de éstas en la mozarrella, con riesgos potenciales para la salud. Como se sabe, la mozarella es un ingrediente básico de la pizza y su descenso en la venta ha afectado especialmente a la economía campesina implicada en el producto.

Que hasta un alimento de primera necesidad como la mozarrella se corrompa, puede ser el mayor indicativo de una gestión política tan bochornosa como bien pagada. Téngase en cuenta que los parlamentarios italianos cobran cuatro veces más que sus colegas en España y disponen de sueldos vitalicios de 4000 euros por sólo dos años y medio y un día de estancia en su escaño. Algunos de esos diputados, además, llegan a esas generosas retribuciones gracias al concurso de la mafia, que es la primera empresa del país en facturación (7 por ciento del PIB), y dedica una parte de su volumen de negocio a la compra de votos a favor de políticos que la amparen o respalden.

El periodista de La Repubblica Roberto Saviano tiene un bestseller en las librerias de Italia que se titula Gomorra y denuncia el mafioso y arraigado contubernio presente en todas las instancias del país. Un cómico, Beppe Grillo, dispone de un blog que recibe un cuarto de millón de visitas al día y aconseja la abstención como única respuesta. Estoy convencido de que entre la ciudadanía más crítica habrá una que comporta el criterio valiente y comprometido de Saviano y otra que se decante por el Vaffanculo (que les den por culo) de Grillo.

Creo sin duda que en evitación de que la mozarella siga siendo tóxica por mor de la basura ambiente, es más aconsejable no sólo leer Gomorra sino darle voz al voto que pueda contribuir a que libros así no sean un bestseller por la verdad que cuentan gracias a la sociedad que la acalla. Quizá sea el mejor modo de despelotar a los corruptos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Italia es un país políticamente degradado, con una sociedad acomodaticia que prefiere lo malo conocido a lo bueno por conocer. En el pecado lleva su penitencia.

Anónimo dijo...

Si gana Berlusco se apaga Italia...

Anónimo dijo...

Despelotados y en la cárcel, que es su sitio.

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