sábado, 15 de marzo de 2008

LA ESTATUA A GALILEO EN EL VATICANO NO LO REHABILITA


Hermes H. Benítez (Edmonton, Canadá)
En días pasados se ha hecho pública la noticia de que la Iglesia católica ha ordenado, para el próximo año, la instalación de una estatua de Galileo en los jardines vaticanos. En realidad, esto no merecería ni siquiera ser anunciado públicamente, si no fuera porque aquella institución tiene una larga y oscura historia de desencuentros con la ciencia moderna. Es conveniente reproducir en su totalidad el texto del comunicado oficial del Vaticano, porque allí se da expresión a la imagen que la Iglesia de hoy quiere proyectar en lo que a su actitud hacia Galileo y la ciencia se refiere. En realidad este comunicado es un verdadero compendio de falsedades e imposturas acerca de algunos de los puntos más litigiosos del tristemente célebre “Caso Galileo”. He aquí la noticia:

La imagen del científico condenado por la Inquisición y rehabilitado bajo el pontificado de Juan Pablo II será de mármol y de estatura natural. Se trata de un homenaje de la Academia Pontificia de las Ciencias. Una estatua de Galileo Galilei, el gran científico condenado por la Inquisición por sus teorías heliocéntricas y rehabilitado bajo el pontificado de Juan Pablo II, será erigida en los jardines del Vaticano el próximo año. El monumento será levantado, se confirmó este sábado en la Santa Sede, cerca de la Casina de Pío IV, sobre la colina que mira hacia la cúpula de San Pedro. Será una estatua de mármol, de estatura natural. Se trata de un proyecto impulsado por la Academia Pontificia de las Ciencias, para rendir homenaje a uno de sus miembros más prestigiosos. Galileo formaba parte de la “Academia de los Linces”, antepasado del actual organismo científico de la Santa Sede. “Será una nueva prueba de que la Iglesia no tiene nada en contra de la ciencia”, se comentó en los ambientes de la curia. Por el momento [solo] falta el dinero para llevarlo a cabo (1)
.

Desde su primera línea este comunicado contiene ya una falsedad, porque Galileo no fue nunca efectivamente rehabilitado por la Iglesia de Juan Pablo II, más allá de lo que se haya dicho y escrito en la prensa de la época. Si se examina con algún sentido crítico el documento oficial de la Iglesia en el que se expresaría aquella supuesta rehabilitación, el así llamado Informe Final de la Comisión Interdisciplinaria encargada de estudiar el caso Galileo (cerca de tres siglos y medio después de la condena de aquél), que fuera hecho público en El Vaticano el día 31 de octubre de 1992 por el cardenal Paul Poupard, se llega, indefectiblemente, a las siguientes conclusiones:

La Iglesia católica no llegó a revisar el proceso instruido por la Inquisición romana en contra del científico toscano en 1633, aunque desde el momento en que el Papa anunció que se constituiría la Comisión Interdisciplinaria se declaró que se tenía la intención de hacerlo.Tampoco llegó la Iglesia a disculparse formalmente ante el mundo por su conducta represiva y autoritaria hacia el gran físico y astrónomo, aunque todos quedaron convencidos de que, efectivamente, así lo había hecho. Galileo no fue rehabilitado, ni invalidada su condena; aunque gracias a la astucia de la Iglesia y a la falta de sentido crítico de la prensa occidental, en especial la del mundo católico, se nos hizo creer que así había ocurrido.

Todo lo que la Iglesia llegó a conceder en esta oportunidad fue un cualificado “reconocimiento formal de error”, consistente en declarar que los jueces de la Inquisición se equivocaron en 1633, al no haber sabido distinguir entre los dogmas de la fe y las afirmaciones de la cosmología geocéntrica (2). El comunicado nos informa que el monumento a Galileo será levantado cerca de la Casina de Pío IV, lugar donde se encuentra situado el Cuartel General de la “Academia Pontificia de las Ciencias”, en medio de los jardines vaticanos. Aparentemente se trataría de un proyecto impulsado por aquella institución, pero sin duda que con la anuencia del Papa Benedicto XVI. La frase siguiente también es engañosa, porque en realidad Galileo no fue nunca miembro de la “Academia Pontificia de las Ciencias”, sino de “La Accademia dei Lincei” (Academia de los Linces), fundada en 1603 por su amigo el Príncipe Federico Cesi (1585-1630). Al morir su fundador y patrono, la academia se disolverá. Más de dos siglos después (en 1847), Pío IX tomará el nombre de aquella, y aparecerá como refundándola bajo el nuevo nombre de “Academia Pontificia dei Nuovi Lincei”. Posteriormente, en 1936, ésta volverá a ser rebautizada por el Papa Pío XI, con la denominación actual de “Academia Pontificia de las Ciencias”.

En realidad la continuidad entre la academia científica creada por el Príncipe Cesi y estas últimas dos academias de clara inspiración católica es, por decir lo menos, sumamente discutible. Más aun cuando aquella academia se constituyó en oposición a la filosofía natural de Aristóteles y a la dogmática escolástica. Como lo indica el estudioso Antonio Beltrán Marí, la “Accademia dei Lincei” tuvo desde su fundación un carácter manifiestamente laico, y se creó como “una alternativa a la política cultural de los jesuitas, cuya normativa interna defendía explícitamente el criterio de autoridad y exigía fidelidad a la filosofía aristotélica“(3).

Pero al afirmar el comunicado que “La Academia Pontificia de las Ciencias” estaría “rindiendo homenaje a uno de sus miembros más prestigiosos”, esto es, a Galileo, se arroja un manto de confusión sobre las verdaderas relaciones entre el gran científico y la Iglesia católica en el siglo XVII, induciendo la idea de que éstas habrían sido fundamentalmente de armonía y no de conflicto. En realidad, de acuerdo con la Iglesia de hoy “el conflicto entre la ciencia y la fe fue un mito”, tal como lo declaró sin ruborizarse el propio cardenal Paul Poupard , en una entrevista que le concediera en 1993 al escritor norteamericano John Reston Jr.(4).

Por último, la frase final del comunicado oficial delata nítidamente la intención subyacente a todo este ejercicio de relaciones públicas: demostrar ante la faz del mundo que la Iglesia “no tiene nada en contra de la ciencia”. La pregunta que se plantea aquí por sí sola es obvia: ¿por qué la Iglesia católica quiere convencernos tan tardíamente de tal cosa?

Notas
1. Para el texto del comunicado oficial de la noticia , véase, en Internet, el Periódico electrónico Valores Religiosos, 12. 3. 2008.
2. Véase: Hermes H. Benítez, “El Mito de la rehabilitación de Galileo”, en “ENSAYOS SOBRE CIENCIA Y RELIGION. De Giordano Bruno a Charles Darwin”, Santiago, Bravo y Allende editores, 1999, pág. 102.
3. Antonio Beltrán Marí, “TALENTO Y PODER. Historia de las relaciones entre Galileo y la Iglesia católica”, Barcelona, Editorial Laetoli, 2006, pág. 137.
4. John Reston Jr., GALILEO. A LIFE, New York: HarperCollins Publishers, 1994, pág. 285.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La iglesia católica no puede disimular lo que es, sólo demostrarlo con su hipocresía.

Anónimo dijo...

ERROR-VERDAD.

La condena de Galileo.

La gran pregunta que se planteaba en la época de Galileo era : “¿Qué astro da la vuelta al rededor del otro?”

Afirmando la rotación de la tierra alrededor del sol, Galileo era en contradicción con los científicos, los filósofos, la Iglesia y la Biblia, los cuales sostenían la tesis contraria.

Ahora bien, en mi libro francés “Entre Galilée et l’Eglise : la Bible” (Entre Galileo y la Iglesia: la Biblia) demuestro que Galileo era de acuerdo con los Textos originales hebreo y griego, pero en desacuerdo con sus traducciones. Dicho de otro modo, si las traducciones de la Biblia hubieran sido fieles a los textos originales, Galileo no habría sido condenado por haber "sostenido y creído una doctrina falsa y contraria a la divina y sagrada Escritura”.

Por medio de este estudio, trabajo para obtener la rehabilitación oficial de Galileo y, al mismo tiempo, la conformidad de las traducciones de la Biblia con sus textos originales.

Joël Col

Consultar :
http://monsite.orange.fr/error.verdad
http://monsite.orange.fr/autoedition.meguila

Anónimo dijo...

CUANDO LA PERTURBACION CREA UNA UNIDAD DE COMPORTAMIENTO...
Introducción
Que seamos autores o lectores, reaccionamos según nuestros propios conceptos, conceptos que nos llevan a hacer varios análisis que se refieren a diferentes sujetos.
Hay sujetos que llevan a diversos análisis, porque recurren a nuestra subjetividad.
. Si esta subjetividad es tendenciosa llevará, muy a menudo, al rechazamiento del razonamiento de los otros.
. Si está bien fundada, permitirá aceptar - o por lo menos reconocer - la lógica del razonamiento de cada uno, incluso si esta lógica lleva a conclusiones diferentes. Esta subjetividad podría ser llamada como razonable.
Así, hay sujetos en los cuales es difícil establecer un solo análisis, aceptado por todos, porque conciernen la subjetividad de los unos y de los otros.
Pero hay otros sujetos que llevan a un análisis de hechos. De estos sujetos debería aparecer un consenso de ideas, en la condición, sin embargo, que la objetividad no sea influenciada por una subjetividad subyacente fuerte, viniendo de un espiritu sectario.
El análisis de mi estudio “Entre Galileo y la Iglesia: la Biblia” impone a los comentaristas seguir reglas gramaticales y semánticas bien establecidas.
¿Quiénes son estos comentaristas?
Son:
los que leyeron el estudio,
los que no lo leyeron.
. Los primeros, aunque fueron pocos numerosos, todos emitieron comentarios muy favorables,
. para los segundos, será necesario considerar:
- los que, debido al tema tratado y por razones personales, no le dieron ningún interés,
- los que, aunque no leyeron el libro, lo criticaron agudamente a priori o lo rechazaron. Poco experimentados manifiestamente entremezclaron objetividad y subjetividad, rechazando inmediatamente las bases del análisis que impone este tipo de estudio.
¿Por qué este rechazo a priorí?
Este rechazo viene por parte de personas asociadas a medios muy distintos:
. unas que pertenecen a comunidades católicas, protestantes, evangélicas o judías,
. otras a medios agnósticos o ateos.
Pero hay un hecho sorprendente: todos, que sean religiosos o no, tuvieron una misma reacción: mutismo casi completo respecto al libro.
Los religiosos tienen conceptos que varían según su pertenencia a tal o tal grupo, y los ateos o agnósticos también. Pero ¿Por qué todos se reagrupan, pues, en una misma unidad de comportamiento: mutismo?
. Los Protestantes y los Evangélicos que profesan su confianza en las Santas Escrituras tenían que alegrado a causa de que este estudio semántico demuestra que los Textos originales de la Biblia, desde más de 3000 años, expresan, en lengua clara, lo que Copérnico y Galileo descubrieron y declararon, sólo un poco más de tres siglos y medio: la no-rotación del sol alrededor de la tierra.
Pero esta verdad les molesta, no del punto de vista científico, sino del punto de vista bíblico - sus Versiones de la Biblia, a las cuales se ligan mucho, afirmando la rotación del sol alrededor de la Tierra, se encuentran así contradichas por este estudio. No queriendo corregir sus traducciones, persisten pues en el error y en el descrédito que cayó erróneamente sobre la Biblia en la condena del científico Galileo.
. Los católicos, al rechazar también esta puesta de conformidad

Anónimo dijo...

CUANDO LA PERTURBACION CREA UNA UNIDAD DE COMPORTAMIENTO...
Introducción
Que seamos autores o lectores, reaccionamos según nuestros propios conceptos, conceptos que nos llevan a hacer varios análisis que se refieren a diferentes sujetos.
Hay sujetos que llevan a diversos análisis, porque recurren a nuestra subjetividad.
. Si esta subjetividad es tendenciosa llevará, muy a menudo, al rechazamiento del razonamiento de los otros.
. Si está bien fundada, permitirá aceptar - o por lo menos reconocer - la lógica del razonamiento de cada uno, incluso si esta lógica lleva a conclusiones diferentes. Esta subjetividad podría ser llamada como razonable.
Así, hay sujetos en los cuales es difícil establecer un solo análisis, aceptado por todos, porque conciernen la subjetividad de los unos y de los otros.
Pero hay otros sujetos que llevan a un análisis de hechos. De estos sujetos debería aparecer un consenso de ideas, en la condición, sin embargo, que la objetividad no sea influenciada por una subjetividad subyacente fuerte, viniendo de un espiritu sectario.
El análisis de mi estudio “Entre Galileo y la Iglesia: la Biblia” impone a los comentaristas seguir reglas gramaticales y semánticas bien establecidas.
¿Quiénes son estos comentaristas?
Son:
los que leyeron el estudio,
los que no lo leyeron.
. Los primeros, aunque fueron pocos numerosos, todos emitieron comentarios muy favorables,
. para los segundos, será necesario considerar:
- los que, debido al tema tratado y por razones personales, no le dieron ningún interés,
- los que, aunque no leyeron el libro, lo criticaron agudamente a priori o lo rechazaron. Poco experimentados manifiestamente entremezclaron objetividad y subjetividad, rechazando inmediatamente las bases del análisis que impone este tipo de estudio.
¿Por qué este rechazo a priorí?
Este rechazo viene por parte de personas asociadas a medios muy distintos:
. unas que pertenecen a comunidades católicas, protestantes, evangélicas o judías,
. otras a medios agnósticos o ateos.
Pero hay un hecho sorprendente: todos, que sean religiosos o no, tuvieron una misma reacción: mutismo casi completo respecto al libro.
Los religiosos tienen conceptos que varían según su pertenencia a tal o tal grupo, y los ateos o agnósticos también. Pero ¿Por qué todos se reagrupan, pues, en una misma unidad de comportamiento: mutismo?
. Los Protestantes y los Evangélicos que profesan su confianza en las Santas Escrituras tenían que alegrado a causa de que este estudio semántico demuestra que los Textos originales de la Biblia, desde más de 3000 años, expresan, en lengua clara, lo que Copérnico y Galileo descubrieron y declararon, sólo un poco más de tres siglos y medio: la no-rotación del sol alrededor de la tierra.
Pero esta verdad les molesta, no del punto de vista científico, sino del punto de vista bíblico - sus Versiones de la Biblia, a las cuales se ligan mucho, afirmando la rotación del sol alrededor de la Tierra, se encuentran así contradichas por este estudio. No queriendo corregir sus traducciones, persisten pues en el error y en el descrédito que cayó erróneamente sobre la Biblia en la condena del científico Galileo.
. Los católicos, al rechazar también esta puesta de conformidad

Anónimo dijo...

Continuacion del articulo:
CUANDO LA PERTURBACION CREA UNA UNIDAD DE COMPORTAMIENTO...

. Los católicos, al rechazar también esta puesta de conformidad de sus Versiones con los Textos originales, comparten con los Reformados la misma responsabilidad de error y de descrédito de la Biblia.
Está bien claro que la Iglesia católica (no sólo de la época, sino también de hoy), no habiendo detectado estos errores de traducción - ella, juiciosa suponía tener la supremacía en la materia - deberá reconocer oficialmente esta laguna y solucionarla. Por el momento, sólo desarrolló argumentos que no pusieron un término a esta problemática Asunto - Galileo no siendo todavía rehabilitado.
. Los ateos o agnósticos (incluso si pueden tener algunas buenas razones para criticar a los religiosos y a las Versiones de la Biblia) se encuentran desconcertados enterándose de que los Textos originales, en este ámbito científico incluso, no pueden ser impugnados. Entonces, como los otros, se abstienen de todo comentario.
El objetivo de mi estudio es obtener:
. no solamente la rehabilitación oficial del astrónomo Galileo,
. sino también una verdadera rehabilitación de la Biblia - sus Textos originales no habían declarado jamas el error de la rotación del sol alrededor de la tierra. Desde hace más de seis años me aplico, en mis distintos correos y correos electrónicos, a recordar estos argumentos, sin éxito.
Con algunas raras excepciones, los medios de comunicación (prensa, radio, televisión), las Asociaciones organizando Salones de Libros o Conferencias practican esta misma “ley de silencio”.

Galileo marcó en gran parte la historia. ¿No hubo, durante el año 2009, numerosas manifestaciones científicas concerniéndole y otras no están previstas en 2010? Pero ¿Por qué, pues, no se quiere abordar la cuestión de su rehabilitación? ¿No querría uno ver algún día a Galileo rehabilitado?
En conclusión:
Un término debe ponerse a la condena injusta del astrónomo. No sólo su rehabilitación debe oficializarse sino también la de la Biblia, teniendo en cuenta sus Textos originales.
Recientemente, intervine ante las autoridades competentes.
Permanezco a la disposición de toda persona que quiera ver la Verdad triunfar.
Expreso mi reconocimiento a los que me ayudaron y animaron en esta tarea delicada. Gracias, también, a los libreros que aceptaron exponer mi libro en sus estantes.

Joël Col

Para más información consultar:
http://monsite.orange.fr/error.verdad
http://monsite.orange.fr/autoedition.meguila
Hacer también investigación con “joël Col” Galileo.

Anónimo dijo...

Continuacion del articulo precedente:
CUANDO LA PERTURBACION CREA UNA UNIDAD DE COMPORTAMIENTO.

. Los católicos, al rechazar también esta puesta de conformidad de sus Versiones con los Textos originales, comparten con los Reformados la misma responsabilidad de error y de descrédito de la Biblia.
Está bien claro que la Iglesia católica (no sólo de la época, sino también de hoy), no habiendo detectado estos errores de traducción - ella, juiciosa suponía tener la supremacía en la materia - deberá reconocer oficialmente esta laguna y solucionarla. Por el momento, sólo desarrolló argumentos que no pusieron un término a esta problemática Asunto - Galileo no siendo todavía rehabilitado.
. Los ateos o agnósticos (incluso si pueden tener algunas buenas razones para criticar a los religiosos y a las Versiones de la Biblia) se encuentran desconcertados enterándose de que los Textos originales, en este ámbito científico incluso, no pueden ser impugnados. Entonces, como los otros, se abstienen de todo comentario.
El objetivo de mi estudio es obtener:
. no solamente la rehabilitación oficial del astrónomo Galileo,
. sino también una verdadera rehabilitación de la Biblia - sus Textos originales no habían declarado jamas el error de la rotación del sol alrededor de la tierra. Desde hace más de seis años me aplico, en mis distintos correos y correos electrónicos, a recordar estos argumentos, sin éxito.
Con algunas raras excepciones, los medios de comunicación (prensa, radio, televisión), las Asociaciones organizando Salones de Libros o Conferencias practican esta misma “ley de silencio”.

Galileo marcó en gran parte la historia. ¿No hubo, durante el año 2009, numerosas manifestaciones científicas concerniéndole y otras no están previstas en 2010? Pero ¿Por qué, pues, no se quiere abordar la cuestión de su rehabilitación? ¿No querría uno ver algún día a Galileo rehabilitado?
En conclusión:
Un término debe ponerse a la condena injusta del astrónomo. No sólo su rehabilitación debe oficializarse sino también la de la Biblia, teniendo en cuenta sus Textos originales.
Recientemente, intervine ante las autoridades competentes.
Permanezco a la disposición de toda persona que quiera ver la Verdad triunfar.
Expreso mi reconocimiento a los que me ayudaron y animaron en esta tarea delicada. Gracias, también, a los libreros que aceptaron exponer mi libro en sus estantes.

Joël Col

Para más información consultar:
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Hacer también investigación con “joël Col” Galileo.

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