Rajoy da por segura su derrota

Lazarillo

No es necesario asomarse a las encuestas y comprobar que la ejecutoria de don Mariano Rajoy está mereciendo de modo permanente la desaprobación de buena parte de la ciudadanía. El propio discurso del líder del Partido Popular denota su desconcentración y falta de argumentos, fruto posiblemente de la falta de fe en sus posibilidades de acceso a La Moncloa. Ahora se le ha ocurrido a don Mariano irse de gira a las Américas para buscar allí, en Uruguay y Argentina, los votos morriñosos de la emigración galaica, harto quizá de las pugnas intestinas que se gastan los suyos en el diseño de las listas electorales. La verdad es que no creo que gane allí los votos que aquí le falten para competir de modo victorioso con su adversario.

Hay un ambiente calladamente derrotista en la sede de Génova, que la absoluta carencia de carisma por parte de don Mariano está muy lejos de disipar. Antes al contrario, al señor Rajoy se le nota cada vez más atorado en su capacidad reflexiva a la hora de exponer ideas y despertar confianza. Resalta entre las frases que más evidencian esa esterilidad la que de modo machacón repite una y otra vez siempre que la actualidad deja asomar el nombre de ETA. Sobre todo cuando la banda, como es el caso, acaba de incrementar su historial asesino.

Pretende don Mariano que quede estampado como dogma de fe que nunca más se vuelva a negociar con ETA, sabedor acaso de que las posibilidades de que eso ocurra no van a ser asunto de su competencia en la próxima legislatura. Implícitamente está dando por supuesto con ese lema como divisa para el próximo Gobierno de la nación, que otra vez le tocará al Partido Socialista la expectativa de acabar por fin con el terrorismo etarra, algo que de darse -como estuvo a punto de ocurrir en esta legislatura- posiblemente presupondría para el PSOE un logro de tal calado que le diera más larga vida en la gobernación de España.

Como se demostró ayer con la escasa asistencia de la ciudadanía a la manifestación unitaria celebrada en Madrid, la sociedad española está tan harta de gritar contra el terrorismo como de que su grito se instrumentalice para hacer política partidista, tal como ha ocurrido en los últimos años. Por eso el PP va a perder otra vez unas elecciones y por eso el PSOE volverá a ganarlas. Nunca antes mató menos ETA y nunca antes una oposición se sirvió del terrorismo para minar la credibilidad del Gobierno. Máxime si se trata, como es el caso, del Gobierno que mejores resultados dio en la lucha contra el terrorismo.

RedDiario
Mentidero
ATENTADOS Y DEMOSCOPIA
En su columna/mentidero del diario Público comenta Esther Jaén que los expertos demoscópicos del PP y el PSOE no consideran que los atentados terroristas hagan variar la tendencia en el voto, pero entre lo que hizo el señor Aznar después el 11-M y lo que hizo ZP tras la última acción de ETA (llamar al señor Rajoy y promover la unidad de los partidos) hay una diferencia notable que sí mermó las expectativas electorales del PP en 2004. Si a eso se le añaden las falacias sobre la autoría de aquella masacre...

Blog
NERÓN SE DESCOJONA DE TODOS NOSOTROS
La extrema derecha volvió a prostituir un acto en el que los demócratas y los presuntos demócratas unían sus voces para (presuntamente, también) repudiar en voz alta el terrorismo. En lugar de “ETA, dimisión” o “ETA, asesina” la alegre muchachada fascista gritaba “Zapatero, dimisión”y “Zapatero, asesino”. Una concentración incómoda para todos, incómoda para una extrema derecha a la que sus mayores le habían pedido que se comportara con el mejor repertorio de su educación (de su mala educación), una derecha que de muy mala gana tenía que defender la lucha antiterrorista del gobierno, una izquierda consciente de que el acto iba a ser utilizado por la derecha para su provecho, un centro que piensa erróneamente que la virtud está en el centro… El resultado ya lo habéis visto: apenas se hubiese llenado el aforo de un campo de fútbol de tercera con los asistentes.
Manuel Saco, Público