miércoles, 10 de octubre de 2007

El diario El País editorializa contra Che Guevara

Luisa de León

A más de un lector habitual o regular del rotativo le habrá sorprendido, por el ácido resquemor que expele y hasta escupe, el editorial del diario El País de hoy, titulado Caudillo Guevara, impropio por su fondo y forma no sólo de un periódico que dice representar el pensamiento progresista en España, sino del prestigio profesional que un medio como El País debería preservar de esos repentinos arrebatos montaraces, más propios de los periódicos ultraconservadores con cuya línea editorial habitual suele tratar de marcar diferencias en otros ámbitos el diario de PRISA. Como sea ésa la nueva línea del que a partir del día 21 se subtitulará El periódico global en español, no le auguro mucha credibilidad progresista en Iberoamérica. La réplica más oportuna al aludido editorial la he encontrado hoy en el artículo de don Pascual Serrano:

Ni el ABC de España, ni La Nación de Argentina, ni El Mercurio de Chile, es decir, la prensa más de derechas y reaccionaria en español, lo hubieran tenido más claro en su editorial a la hora de escribir sobre el Che Guevara. Basta con echar un vistazo al editorial del diario español El País, titulado “Caudillo Guevara” el 10 de octubre con motivo del 40 aniversario del asesinato del guerrillero.
El de “caudillo” es el calificativo más benigno que reservan para el cubano-argentino en un texto, vivo ejemplo de mundo al revés. El País llama “asesino” a la víctima que fusilan: “pretenden disimular la condición del asesino bajo la del mártir”. Sobre su lucha contra las dictaduras hacen balance afirmando que “sus proyectos y sus consignas no han dejado más que un reguero de fracaso y de muerte”, fruto de su “lunática aventura”. Su aportación a esas insurrecciones, según el diario considerado de la progresía española, “fue ofrecer nuevas coartadas a las tendencias autoritarias que germinaban en el continente. Gracias a su desafío armado, las dictaduras militares de derechas pudieron presentarse a sí mismas como un mal menor, cuando no como una inexorable necesidad”.
Respecto a su figura, afirma el editorial que “representó una puesta al día del caudillismo latinoamericano, una suerte de aventurero armado”. Es decir, un caudillo que deja su cargo de ministro para irse a la selva del Congo y de Bolivia. No dudan en calificarlo de terrorista: "perteneció a esa siniestra saga de héroes trágicos, presente aún en los movimientos terroristas de diverso cuño".
Terminan en El País celebrando que “la izquierda latinoamericana y, por supuesto, la europea, se ha desembarazado por completo de sus objetivos y métodos fanáticos” y afirman que “ya sólo conmemoran la fecha de su ejecución en La Higuera los gobernantes que sojuzgan a los cubanos o los que invocan a Simón Bolívar en sus soflamas populistas”.
Pocas veces ha demostrado el diario tanto odio para un fusilado en el cuarenta aniversario de su muerte y tanta obsesión con desacreditar su trayectoria y castigar a quienes se empeñan en honrar su memoria. Estoy convencido que no dirían nada más crítico en el aniversario de la muerte de Franco o de Pinochet.
Nadie puede imaginar a El País compartiendo los principios del Che luchando contra la dictadura de Batista o de los militares bolivianos, atendiendo a leprosos en Argentina y Perú o estremeciéndose ante las condiciones de explotación de los mineros chilenos o los campesinos bolivianos. Pero podíamos pensar que al menos respetase esos ideales.
El editorial de El País, quien se ha presentado como el periódico más progresista que había en el panorama de la prensa escrita española, debe servir para desenmascarar el uso de esa consideración como arma ideal para atacar a la izquierda. Pero también para que los lectores de habla hispana vean cómo es la oferta de la prensa en España, donde el que se considera más a la izquierda escribe eso en sus editoriales sobre el Che
.
Y es que para El País, los muertos a los que hay que reverenciar son los que se hicieron ricos en connivencia con el franquismo editando libros de texto hasta llegar a crear emporios de medios de comunicación. Eso sí, “progresistas”, no como el Che.
Ver editorial

RedDiario
Carta
FERNÁNDEZ BUEY AL DIRECTOR DE EL PAÍS (11-10-07)
No hace falta haber sido guevarista o serlo hoy para considerar su nota editorial de ayer, Caudillo Guevara (EL PAÍS, 10-10-2007), un insulto a la inteligencia y a la sensibilidad, un ejemplo más del tipo de discurso "autorizado por la policía y vedado por la lógica", que decía Marx. Para empezar, es de una ignorancia supina atribuir en exclusiva al romanticismo europeo el prejuicio de que entregar la vida por las ideas es digno de admiración y elogio. Sólo un inculto puede escribir eso. En segundo lugar, es sectario denominar muerte al asesinato de Guevara en La Higuera y encima atribuirle el propósito de dotar al crimen de un sentido trascendente. En tercer lugar, es una manipulación incalificable identificar lo que hizo el internacionalista Guevara con movimientos terroristas, nacionalistas o yihadistas de ahora. En cuarto lugar, es un infundio, digno del peor revisionismo histórico, presentar la vida y la acción de Guevara y de sus seguidores como mera coartada para un autoritarismo de signo contrario, que no germinaba entonces, como dice su editorial, sino que existía ya en el continente americano. En quinto lugar, es absurdo presentar a Guevara como puesta al día del caudillismo latinoamericano: los extremos sólo se tocan en la cabeza del editorialista de EL PAÍS.
Francisco Fernández Buey al Director de El País.

Hemeroteca (12-10-07)
DOS EDITORIALES DISTINTOS DE UN MISMO DIARIO
Estudio comparativo de dos editoriales del diario El País sobre Ernesto Che Guevara: El del 17 de julio de 1997 y el del pasado 10 de octubre.
Pascual Serrano

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como Público le dio aureola al Che, El país hace lo contrario, todos son celos de poder, tan estúpidos como los del amor pero mucho más ciegos y peligrosos.

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