sábado, 27 de octubre de 2007

AVEs y expresos: El dinero que cuesta ser ecologista

Melibea

Aquí Rajoy, que es de derechas, reniega de Al Gore, que también, porque cree que éste vive del cuento del Cambio Climático, mientras Sarkozy, más derecha, prepara a Francia para liderar como país el buen ejemplo que se resista a la catástrofe: Menos autopistas, menos plaguicidas, más trenes. En efecto, Bandera, imaginábamos que este Gobierno, que no es de izquierda aunque lo vote la izquierda para evitar la derecha cerril rediviva, no iba a eliminar los vagones de primera para añadírselos a los expresos en extinción, pero resulta frustrante descubrir que para ser ecologista haya que tener dinero. "Lo que importa es el total", ya se sabe. Magnífico artículo de Magda Bandera en la edición de hoy del diario Público:

Juro que no fue en el Calcolítico: Hasta hace pocos años, viajar en un tren de largo recorrido era propio de jóvenes, mujeres que no tenían carné de conducir o emigrantes sin coche. En definitiva, de pobres, aventureros y ecologistas pioneros que se rifaban las ventanillas para dormitar, espiar el reflejo del pasajero de enfrente o concentrarse en el paisaje hasta olvidar el intenso aroma a chorizo de pueblo que flotaba en los vagones.
De eso ya no queda nada. Los trenes se han convertido en un desfile de maletines que huelen a colonia de la buena. Sólo los hombres y las escasas mujeres de negocios pueden costearse los altarias, los alvias, AVES y abusos varios que han desterrado a los expresos.
En la actualidad, sólo queda un convoy al día para ir de Barcelona a Madrid a un precio asequible. Es nocturno, lento e incomodísimo. Aun así, los 120 pasajeros que consiguen plaza para deslomarse celebran su suerte. El resto de trenes cuesta un mínimo de 105 euros*. El tramo Madrid-Sevilla es aún más elitista: 20 AVES, 0 expresos.
Lo peor es que la mayoría de quienes sufren las obras del AVE se limitará a verlo pasar delante de sus narices. Son los usuarios del Cercanías, estudiantes y trabajadores que no quieren o no pueden viajar en coche.Sabíamos que hay clases sociales e imaginábamos que este Gobierno no iba a eliminar los vagones de primera para añadírselos a los expresos en extinción, pero resulta frustrante descubrir que para ser ecologista haya que tener dinero. “Lo que importa es el total”, ya se sabe.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La España de primera que va en AVES nada tiene que ver con la España que no tiene trenes para comunicarse entre provincias con comodidad, rapidez y puntualidad. Lo que pasa en Barcelona es toda una alegoría. Sufren los que tienen menor poder adquisitivo para que los grandes ejecutivos cambien el avión por el tren. Zapatero culpable.

Anónimo dijo...

Para ser ecologista, lo que hay que tener es sentido común. Asi pues, la ideología política que se tenga nada tiene que ver con el asunto. El señor Gore hace negocio prediciendo tragedias, como si en el mundo no existieran más problemas que el cambio climático. Pues no se preocupen, que ya verán como cuando empiece el ah.."apocalipsis" somos nosotros los que acabamos con el mundo luchando por lo que de él quede y no el cambio climático. O si no, al tiempo. Esta sociedad tan hipócrita me asquea, francamente.

Anónimo dijo...

Si david no ha visto el documental de Al Gore más vale que lo haga y después arregle el mundo. No se predice nada porque ya está ocurriendo y un candidato a la preisdencia de España acaba de dar muestras de su total ineptitud política y moral, porque el calentamiento global, como dice Al Gore, es un problema MORAL.

Anónimo dijo...

De acuerdo, D. Santiago. Vea usted tambien una película que se llama "Tierra". Le prometo que le gustará. Y ahora permítame decirle que el problema no es de naturaleza moral, sino ético. Le aseguro a usted que con arreglar un poco lo que tengo a mi alrededor me basta. Sugiero que todos hagamos lo mismo y ya verá usted cómo el mundo se arregla.

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