Lazarillo
En los últimos meses se ha permitido el señor Rodríguez Zapatero dos concesiones a la galería. La primera es el cheque-bebé, sobre cuya necesidad no hay reparo, pero que dicho y hecho a bote pronto tiene todo el tinte electoralista que le reprochó a su benefactor la oposición desde la derecha y la izquierda. La segunda es la última remodelación del ejecutivo, saldada con cuatro cambios, que a ocho meses de las elecciones generales viene a ser un derroche de confianza por parte de ZP con vistas a esos comicios. Con los nuevos ministros -vino a decir el señor Presidente-, no sólo refrendo que la actual legislatura acabará en marzo, sino que los titulares elegidos para esos cuatro departamentos dispondrán además de un plazo dilatado para sus proyectos.
Así me parece sobre todo en los casos de Administraciones Públicas, Cultura y Sanidad, bien diferentes por su dispar trascendencia en la vida pública, pues mientras el segundo tiene una corta proyección de competencias, la del tercero es amplia y decisiva para el bienestar social. Tanto en el caso del escritor don César Antonio Molina como en el del prestigioso científico don Bernat Soria, es de presumir, por el carisma y personalidad de ambos, que sus funciones en sus respectivos ministerios no se limitarán a la provisionalidad de gestión de estos próximos meses.
Sin embargo, y aunque parezca todo lo contrario, presumo que el nombramiento de doña Carmen Chacón como ministra de Vivienda puede salirle a ZP más eventual de lo calculado. El cambio en esa cartera era una previsión segura en la agenda del señor Presidente, dada la mala imagen cursada por la anterior titular a costa de los mini-pisos. Para sustituirla se decidió ZP por una persona joven, próxima a las generaciones más afectadas por el problema de la vivienda en España, que si bien se inició con unas declaraciones de mucho empeño en su resolución, ha caído en los últimos días en dos manifestaciones que me ha dejado un tanto suspenso acerca de su capacidad gestora.
La señora Chacón ha dicho que a ella también le cuesta mucho pagar la hipoteca a 20 años por su a no dudar confortable piso de 90 metros cuadrados. La nueva ministra debería haber acompañado la expresión de sus dificultades con la nómina de sus haberes durante los últimos tres años, en calidad de vicepresidente primera del Congreso: algo más de 7.000 euros.
Pero donde doña Carmen ha resbalado en firme, por la repercusión del medio, es en la entrevista concedida a la BBC británica, cuando el periodista se interesó por el estallido de la burbuja inmobiliaria, asunto arduo y complejo donde los halla. Es de una torpeza y necedad incompatibles con el cargo del que recientemente ha tomado posesión replicar así a una emisora de tal solvencia y audiencia: Vamos a terminar ahora mismo, si no te importa...
Muy mal principia quien con sólo unas semanas de albedrío ministerial se permite semejante ligereza con la más que predecible certidumbre de que su desacierto va a ser titular de periódico al día siguiente. Me gustaría creer, con ser lamentable, que el mismo se debió antes a la soberbia o a la prepotencia que a la ignorancia. Pero como me inclino por lo segundo, temo que la juventud de la señora Chacón, que tan pintiparada le pareció a ZP para un ministerio con muchos deudas con la ciudadanía joven, pueda ser más una rémora que una concesión a la galería, en cuyo caso le quedarán a doña Carmen sólo meses al frente de su cartera.
RedDiario
Noticia
UNA PREGUNTA A TRAICIÓN
La ministra de Vivienda estrena cargo con polémica por una entrevista a la BBC. Dicen en su gabinete que fueron a "pillarla" con una pregunta a destiempo que no entraba en el guión.
El Semanal Digital
6 comentarios:
Sería una pena que siendo la ministra probablemente más joven de cuantos gobiernos hubo hasta ahora, Chacón perdiera la oportunidad de hacer un trabajo eficiente. También me parece que le viene ancho el puesto.
ZP DEMAGOGO.
El problema de la vivienda no se resolverá en tanto no se resuelva la triple especulación que confluye en ella y, con todos mis respetos, esa tarea desborda al ministerio de la señora Chacón, así que no hará nada salvo hablar, hablar y hablar. Que los problemas derivados de la especulación no los resuelva un Gobierno de derechas tiene un muy difícil pasar; pero que no se atreva con ellos un Gobierno que dice ser de izquierdas no pasa de ninguna manera. Claro que el problema de la especulación, del omnipotente poder de la Banca, de los escandalosos beneficios del capital y de las plusvalías ilícitas arrebatadas por ésta al factor trabajo parecen no preocupar, ni poco ni mucho, al señor Zapatero.
En la órbita en la nos movemos cmo nación y como Estado, lo más izquierdista es la socialdemocracia y ésta tiene muy poco de izquierdas. Otras cosa es que la izquierda, por no tener otra cosa mejor que elegir, elija a la socialdemocracia antes que un partido ultraconsservador como es ahora el PP:
¡Pues vaya un consuelo para un verdadero izquierdista¡ ¿O será que en España no hay nadie que verdaderamente sea de izquierdas? A lo mejor es eso ¿eh?, que con tanto chalet, tanto coche, tanto veraneo y tanta sociedad de consumo la idea de repartir lo ajeno deja de ser interesante, tan pronto como uno cae en la cuenta de puede ser lo nuestro lo que se reparta.
Está claro que hay alguien a quien estos calores lo lleva a desvariar.
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