sábado, 28 de julio de 2007

Ansagasti, El Jueves, la Corona y la libertad de expresión

Lazarillo

Las opiniones del señor Anasagasti acerca del Rey y su familia, en las que los miembros de la Corona son tildados como una pandilla de vagos e impresentables, buscaban quizá una reincidencia represiva: probemos a ver si después del ridículo y deplorable secuestro de la revista El Jueves, la voz de un curtido y bienquisto senador poniendo a caldo a la realeza es susceptible de correr igual suerte. Esta vez, sin embargo, pese al carácter agraviante y decimonónicamente efectista del criterio difundido desde su blog por el senador vasco, la Fiscalía del Estado no se ha sentido concernida. Eso ratifica la absurdidad y torpeza de la decisión judicial tomada contra la viñeta publicada por el aludido semanario, a menos que se establezcan desde el ministerio fiscal diferencias de trato varias: la que favorece a la clase política sobre los profesionales de un medio satírico y/o la que pena el posible desdoro de la imagen sexual, aplicado a una pareja principesca, antes que la mera expresión escrita del señor Ansagasti, por descomedida que ésta sea. En todo caso, manteniendo como mantengo que la monarquía es una institución obsoleta y desechable en nuestros tiempos -máxime con la procedencia de la nuestra-, coincido con el último párrafo del editorial que aparece hoy en la edición del diario El País: Opiniones como las de Anasagasti deben poder expresarse, sin otro reproche que el político y social, como el que ya han recibido por parte de la mayoría de fuerzas políticas y foros sociales, y sin otro descrédito que el propio de quien las emite. Lo mismo cabe decir de la viñeta de El Jueves, cuyo carácter inconveniente y soez ha sido ampliamente resaltado. Ojalá todas las críticas que se hagan sobre la Corona sean como las que provienen del mundo de la sátira, incluso la descarada y atrevida de esta publicación. Comparto asimismo las valoraciones que mi estimado don Carlos Carnicero expone en su elocuente artículo de hoy, publicado en el diario El Plural, en el que sostiene lo que sigue respecto a la libertad de expresión y la Monarquía: España necesita una reflexión profunda sobre los límites de la libertad de expresión pero no sobre la protección de los miembros de la Familia Real, porque no hay nada más inadecuado para establecer ese debate que reforzar prerrogativas en una institución que está aceptada por la Constitución pero que tiene una raíz evidentemente predemocrática. Si el juez del Olmo sienta en el banquillo a los autores de la caricatura, lo que va a forzar es un debate de fondo sobre la institución de la Monarquía y los derechos excepcionales que tendrían sus miembros a diferencia de los demás españoles. La torpeza de Conde Pumpido es la de ser tan poco activo en tantas cosas y ser tanto en una sola.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Anasagasti ha dicho lo que muchos españoles piensan, a pesar de que la mayoría esté con la monarquía. Lo ha dico, eso sí, como si la monarquía de ahora fuera la de Alfonso XIII y está claro que essos calificativos decimonónicos sólo querían probar lo que Lazarillo dice. Esta vez no han picado en la Fiscalía. Con El Jueves picaron a fondo.

Anónimo dijo...

El señor Conde Pumpido es impresentable como Fiscal. Pido su dimisión por denigrar a la monarquía con su torpeza.

Anónimo dijo...

Lo de decimonónico va muy con aquello de ¡abajo para siempre la raza espuria de los Borbones! Ansagasti lo que quieres es que lo les, que escribe muy mal el hombre.

Anónimo dijo...

La próxima crítica a la Corona que sea más seria y de verdad positiva.

Anónimo dijo...

Pumpido debe dimitir. Es republicano.

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