viernes, 22 de junio de 2007

Nuestros buitres también se van a Alemania

Félix Población

Hubo un tiempo, allá por las décadas de los cincuenta y sesenta, en que los españoles se iban a Alemania en busca del trabajo, la prosperidad y la segura crianza de sus hijos, por entonces sumamente peliagudas en su país. Esa memoria debería estar muy presente en quienes hoy se alarman ante la presencia del extranjero en nuestras calles. De aquella época queda todo un álbum de imágenes sepia, recolectadas en los sombríos andenes de la diáspora entre maletas de cartón, abrazos, miradas de adiós y llanto. ¡Qué pronto olvidan algunos lo que todavía constituye un recuerdo vivo entre una gran mayoría de ciudadanos!

Hoy nos hemos enterado de que nuestros buitres han decidido imitar a quienes hace medio siglo se lanzaban en pos de una vida nueva y más provechosa. Nunca antes se había registrado una circunstancia como la que acaban de protagonizar dos centenares de buitres leonados del Pirineo español. Hasta ahora se conformaban con sobrevolar la vecina Francia, país con el que compartimos aquellas arriscadas y hermosas cumbres, pero nunca esas poderosas aves necrófagas se habían internado tan al norte. Ayer, tras surcar los cielos de Holanda y Bélgica, han sido avistados en Alemania, lo que representa un vuelo de casi cuatro mil kilómetros, insólito en una especie que no suele pasar del medio centenar en búsqueda de sustento.

Una vez más, y dado el carácter de esta noticia, se vuelve a replantear el problema que para la población de buitre leonado de España (donde se halla el 94 por ciento de la que corresponde a toda Europa), y también para la del buitre negro, supuso hace un lustro la prohibición de abandonar ganado muerto en el campo. Aquella medida, decidida por la Comisión Europea y derivada de la llamada crisis de las vacas locas, parece haber tenido su impacto negativo sobre la reproducción de estas aves, así como sobre la del milano y el quebrantahuesos.

La aprobación por parte del Gobierno de un decreto en el que se establece la necesidad de alimentar a estas rapaces carroñeras en muladares previstos para tal fin debe observarse y aplicarse con la máxima diligencia, en evitación de percances migratorios como el que nos ocupa. Estamos posiblemente ante uno de esos casos extremos que aconsejaron la disposición de tal decreto gubernamental. A la diáspora de los buitres pirenaicos hay que unir algunos casos no menos insólitos en que al parecer estas aves atacaron a reses vivas tras el parto.

Se da la circunstancia de que los buitres en este tiempo están en periodo de crianza y es durante esta etapa cuando menos viajeros se muestran por las obligaciones que les impone la atención y protección de sus crías. Puede ser que eso, en lugar de extrañarnos, haga más comprensible la razón de la noticia de su largo vuelo hasta Alemania. Quizá a los buitres los haya movido el mismo impulso que a nuestros emigrantes de aquellas décadas y a los que llegan ahora a nuestra playas jugándose la vida: la desesperación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La lucha por la vida es cada vez más difícil en una planeta cada vez más muerto.

Anónimo dijo...

No sé si en Diario del Aire tienen constancia, pero estos días atrás he tenido problemas para encontrar lor post más recientes en Google. Por los demás, enhorabuena por la constancia y calidad

Anónimo dijo...

Yo también he tenido esos problemas, ¿habéis cambiado de dominio o qué?

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