Felix Población
Yo no sé en qué acabará la noticia publicada hace unos días, pero me sorprende que al día de hoy esa noticia comparta la calle con la propaganda de la ONG cuestionada llamando a nuestro corazón y a nuestro bolsillo. Más de 300 niños de Perú y Bangladesh, inscritos en los programas de apadrinamiento de Intervida, se registraron por duplicado en 1998. La fundación, investigada por la Fiscalía por presunto desvío de fondo a empresas que nada tenían que ver con sus propósitos humanitarios, asignó un mismo niño a dos padrinos. Tal práctica irregular, según consta en las bases de apadrinamiento, supone multiplicar los beneficios, dado que son dos las personas que apadrinan a un solo menor.
Coincidiendo con el conocimiento de esa información, me llega otra a través de Radio Nederland, procedente de Perú, en la que se hace constar el auge que está cobrando allí el turismo sexual infantil en los últimos años. A la lacra de la pobreza, como causa fundamental de esta explotación, se suma la carencia de una legislación específica que proteja a niños y adolescentes, según indica la Organización Internacional del Trabajo en su último informe. Al Estado correspondería afrontar esa lucha, pero debido a su propia corrupción parcial y a la falta de recursos para tal fin, el problema subsiste y se incrementa.
Leo que Lima encabeza la lista negra de ciudades peruanas en la que se comete mayor número de delitos, aunque el centro por excelencia está en la capital de la Amazonía de aquel país, Iquitos. Allí se prodiga este tipo de comercio sexual en directo, con niños de entre 8 y 17 años, a la vista de transeúntes, comerciantes, autoridades y ciudadanía en general. Los datos son oficiales y los publica un informe de la Dirección Nacional de Turismo.
Otros puntos negros son las localidades de Pucallpa, Tarapoto, Puerto Maldonado, Cuzco y Arequipa, que se corresponden con las ciudades más visitadas por los turistas. Los propios pobladores median en las transacciones, prestándose a tal fin desde los guías de viaje, los recepcionistas de hotel, los taxistas y hasta los propios familiares de los menores que se sirven de ese comercio para asegurarse una fuente de ingresos.
Siguiendo el ejemplo de otros países como Brasil, Costa Rica, la República Dominicana y México, donde se han verificado campañas en evitación de este tipo de delincuencia, el Ministerio de Turismo peruano está tratando de hacer lo propio en el sector empresarial que le incumbe, pero es de temer que una concienciación teórica a base de publicidad o conferencias no sirva de mucho si no se ataja la raíz del mal, que se llama miseria.
Sólo por la miseria y todas sus miserias derivadas, nuestro primer mundo, el de la democracia, los derechos humanos, la igualdad, libertad y fraternidad, es protagonista de estas dos informaciones en las que a una posible estafa, fruto de una llamada solidaria a nuestros corazones y a nuestros bolsillos, se suma la más vil explotación e iniquidad que un ser humano pueda cometer contra otro en la persona de un menor.
Llamadas a ser el porvenir de un país, nuestra opulenta sociedad de bienestar está auspiciando en esas jóvenes generaciones, en lugar de la sanidad, libertad y dignidad arraigadas en el trinomio salud, despensa y escuela, la más aberrante de las dominaciones -la esclavitud sexual-, como si los nuestros fueran otra vez -eso sí, llenos de urnas, derechos y organizaciones humanitarias- los tiempos de la más negra barbarie.
9 comentarios:
El ser humano es capaz de hacer grandes cosas, pero también es el único animal que lucha contra aquellos que pertenecen a su propia especie. La utilización de la infancia como si fuera una simple mercancia es la destrucción sistemática de la inocencia y el sumergimiento del alma infantil en el infierno en que algunos han convertido este mundo. Quiénes estas cosas hacen ¿con qué clase de amor aman a sus hijos y cómo se entiende que deseando para ellos lo mejor no tengan en cuenta el amor de otros padres por lo suyos? Uno volverá a nacer mil veces y jamás obtendrá respuesta a esta pregunta. Si es la miseria la que motiva hechos como los que usted comenta, la responsabilidad de quiénes pudiendo evitarla la consienten y fomentan es enorme y su castigo debe ser peor que el de aquellos que simplemente se aprovechan de ella. En cuanto a esas ONG que convierten la caridad en negocio lo único que puedo decir es que en mala hora se crearon. Por si caso, mejor será ayudar al vecino enfermo, al amigo que está solo, al hijo de un amigo o conocido o a ese pobre anciano que vive en nuestro propio edificio, que apadrinar a un niño al que no se conoce.
No es justo desacreditar a todas por los abusos de algunas. Las ONG realizan en muchos casos una gran labor. En cuestión de ayuda no es cuestión de elegir lo mejor o lo peor. Se ayuda y punto.
Tristísimo.
Cierto. Pero es mucho más meritorio ayudar dando lo que uno necesita - tiempo, afecto, compañía, sacrificio personal, etc. -,que dando lo que a uno le sobra, sobre todo si es un poco de dinero.
Que no, que el caso es ayudar, sin más méritos o menos, que en esto no se ponen notas.
Paróse Jesús en el gazofilacio del magnítifico Templo de Jerusalén y se puso a observar a los que echaban dinero en los cepillos. Los fariseos echaban con ostentación billetes de 500 euros, pero entonces llego una viuda y echo veinte céntimos de euro. Y dijo Jesús: "En verdad que esta viuda ha echado más que todos esos, porque mientras esos daban de lo que sobraba, aquella pobre daba de lo que necesitaba para su sustento".
Ya lo creo que se ponen notas.
La presunción de inocencia nos libra de los linchamientos. Yo me espero a ver que dice al final la investigación, y mientras tanto me sigo informando. Aquí os añado un enlace con la ultimo publicado en prensa nacional
http://www.elmundo.es/papel/2007/04/29/espana/2116317.html
Dices al comienzo que no sabes en que acabará la noticia publicada sobre Intervida ¡hace ya más de un mes!. Pues por el momento en nada; bueno sí, en algo que no acabo de entender: la investigación sigue, las noticias son cada vez más sensacionalistas y aumenta la desconfianza hacia las ong. Y de la investigación fiscal ni un sólo dato.
Por eso debe hacerse el seguimiento de la información, no sólo por la repercusión que un infundio podría tener en las restantes ONG, sino por los intereses que pueden mover a que este tipo de noticias salgan publicadas sin que luego su repercusuión sea más que ese menoscabo de las ONG. Gracias por la puntualización.
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