jueves, 12 de abril de 2007

La gloria de Acebes y don óptimo Rajoy

Lazarillo

Ayer se supo, como se suponía, que don Ángel Acebes, Ministro del Interior del señor Aznar cuando la masacre del 11-M, estuvo al tanto de toda la información que la cúpula de su Ministerio aportó desde la tarde de esa fecha descartando la autoría de ETA en aquella barbarie. Los cuatro policías aludidos por el ex director general señor Díaz de Mera para implicar a la banda terrorista vasca en los atentados no sólo han desmentido a su jefe, sino que están en disposición de desmontar la llamada tesis de la conspiranoia, propalada y defendida todavía hoy por medios que como el diario El Mundo y la cadena COPE han engolfado a la airada oposición en una teoría tan disparatada como lesiva para el proceder y la profesionalidad policiales.

Pese a lo que ahora lleva camino de clarificarse con absoluta nitidez, gracias al ejemplar desarrollo y contrastada minuciosidad del juicio que investiga aquellos infaustos hechos, el señor Acebes ha estado al frente de la secretaría del Partido Popular todos estos años. A lo largo de este tiempo hemos podido presenciar, siempre que don Ángel tuvo oportunidad de referirse a tales episodios, una reincidencia en la teoría conspirativa -a juego con sus primeras y constatables falacias- antes que un prudente alejamiento de la misma, siquiera como movimiento táctico en evitación de posibles quemaduras políticas.

¿Está el último ex Ministro del Interior del señor Aznar en vísperas de esa quema? ¿Lo estará con don Ángel todo el aznarato genovés sobreviviente de la derrota electoral que tan mal asumió en su día el Partido Popular? ¿Cómo a menos de dos meses de unas elecciones municipales y autonómicas se puede mantener, en el escaparate rector y más visible de un partido, a quien puede quedar definitiva y judicialmente catalogado como un político mendaz y trapacero en una de las circunstancias más atroces vividas en España?

Todas esas cuestiones, susceptibles al menos de planteamiento a la vista de las pruebas que va deparando el juicio por el 11-M, parece que le resbalan a don Mariano Rajoy ante las nuevas expectativas electorales que se abren en nuestro país. Es más, el señor Rajoy acaba de asegurar en un alarde de optimismo de inescrutable fundamento que jamás en la historia de la democracia el partido de la oposición ha estado en mejores circunstancias que ahora para ganar las próximas elecciones generales.

Está entre las obligaciones de su cargo que don Marino haga creible lo que dice, pero muchos están convencidos de que en esta ocasión al menos no dice lo que cree.


Breviario

EL CADÁVER DEL HIJO
Doña Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Víctimas del Terrorismo, ha vuelto a plantear, en medio de tanta miseria política y mediática tergiversadora o manipuladora del caso, una nueva lección de humanidad propia de su sensibilidad de madre en esta historia trágica. Lo hizo en su día con su conmovedora alocución en el Congreso y lo reitera ahora con esta precisa reclamación al señor Gómez Bermúdez: El juez me tiene que decir por qué las fotos del cadáver de mi hijo rulan por Internet. La verdad de su dolor y el de quienes perdieron vidas queridas en esa fecha contrasta con quienes siguen estando en deuda con la verdad.
DdA

RedDiario

Artículo
LAS VERDADES INEVITABLES SOBRE EL 11-M
Las turbias maniobras del gobierno de José María Aznar en los días posteriores al atentado de Atocha tuvieron mucho que ver con la movilización ciudadana que arrojó al PP del poder. Esa fuerza latente, que se pronuncia cuando haya elecciones generales, se encargará de poner a cada uno en su sitio. Es cuestión de esperar y de ir tomando nota de tanta ignominia.
Carlos Carnicero, El Plural.

Vídeo
LO QUE DIJO ACEBES Y LO QUE SABÍA
Las declaraciones del entonces Ministro del Interior a la vista de las declaraciones de la cúpula policial de su gobierno en el juicio por el 11-M.
El País.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y se sabe la verdad acerca de lo que ocurrió? Porque si no se sabe la verdad ni aún hoy, lo justo es decir que el señor Acebes y el Gobierno del PP se precipitaron en sus conclusiones y no que mintieron. De momento parece ser que el sumario anterior al presente juicio no ha servido de gran cosa para esclarecer la verdad; que se han aportado pruebas, informes y testimonios falsos en todo o en parte ahora rectificados ante ese Juez, que a mi juicio es ciertamente hombre excelente y un auténtico profesional por muy conservador que digan es. Estos son hechos. A tiítulo de hipópetsis, no obstante, voy a aventurar la siguiente opinión: Algo ha empezado a oler a podrido en la versión oficial de los hechos y existen contradicciones flagrantes en ciertas declaraciones policiales - algunas de ellas son tan ilógicas que sorprende se hayan podido hacer ante un Juez -. De modo que vamos a esperar a ver lo que dice el Juez sobre asunto tan embrollado. En cuanto a medios de comunicación, todos sabemos de qúe pie cojean tanto la COPE y El Mundo: del pie derecho. No obstante, El Pais y otros medios incluso recogidos en este blog cojean del pie contrario, que es el izquierdo. Con cojera ya se sabe que se anda mal.

Anónimo dijo...

Las verdades se están sabiendo, esto no hay quien lo pare. No es una cuestión de izquierdas o derechas la que ha llevado a unos medios a una cosa u otra. En este caso se trata de ofrecer una información objetiva que va a desprestigiar a los que la han manipulado hasta tal punto, por más que se resitan a reconocerlo. Y de paso, dañarán a quienes desde el PP han secundado esa teoría.

Anónimo dijo...

Dañarán a cuantos no hayan dicho la verdad, sean del partido que sean. Porque cuando no se sabe la verdad, lo mejor es reconocerlo así y no aventurar versiones más o menos poltizadas sobre ella. En las actuales circunstancias, tan malo es defender la teoria que llaman de la conspiración, como defender la versión oficial de los hechos.

Anónimo dijo...

De momento, y hasta que el juicio no acabe, no hay versión oficial, pero todo hace indicar que la justicia dejará en muy mal lugar a Rajoy, Acebes y Zaplana. Aznar ya no tiene remedio.

Anónimo dijo...

Eso políticos han olvidado la verdad del dolor porque han hecho de las víctimas partidarios de sus mentiras.

Anónimo dijo...

Pues no sé, pero a mí me parece que las cosas no están tan claras como aventura el comentarista anónimo. No vayamos a olvidar que el juicio pretende establecer la culpabilidado inocencia de los acusados en los terribles hechos del 11-M; si llegara a resultar que no existen pruebas de su culpabilidad no veo yo por qué tienen que salir perjudicados los señores que cita. De momento, que D. José Blanco empiece a poner el grito en el cielo es una señal tan poco prometedora en ese sentido como lo que han publicado ciertos periódicos de uno u otro signo. No olvidemos que se trata de un juicio, no de un debate político. Todavía recuerdo al señor Barrionuevo enfadándose sobremanera cuando estaba a punto de salpicarle cierto asunto al que no voy a referirme. De modo que esperemos y no confundamos nuestros deseos con las realidades.

Anónimo dijo...

Pues si no hay "versión oficial" ¿cómo es que se critica tanto a la llamada teoría de la conspiración y sobre la base de qué argumentos se hace?

Anónimo dijo...

El desarrollo del juicio es suficiente para ir sacando conclusiones. Me temo que no le va a ser nada favorable al PP para las nuevas elecciones.

Anónimo dijo...

Pues ya ve los del PP parece que de momento no están muy enfadados por esas conclusiones. Tal vez, porque no intuyen ese peligro; tal vez, porque les importe poco perder las eleccioness o tal vez porque son tontos.

Anónimo dijo...

De todo un poco, más bien, porque le aseguro que no ha tenido un gobierno una oposición más inepta para revalidarse en el poder.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con usted en que la oposición no es muy inteligente, pero como el Gobierno tampoco lo es "entre bobos anda el juego". Las elecciones no las resolverán ni militantes ni simpatizantes de ambos partidos, sino que quiénes las decidirán serán los ciudadanos, que a falta de una ideología política definida posean en cambio el estimable don del sentido común. Y a ese sentido común es al que yo apelo.

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