jueves, 22 de marzo de 2007

Chapuza de Telefónica en Melilla

Melibea

Melilla es una ciudad autónoma fuera de la península sobre cuya españolidad se hacen lenguas los políticos de uno u otro bando. Melilla está padeciendo desde el pasado lunes una incomunicación absoluta por teléfono e Internet como consecuencia de la rotura del único cable submarino que la mantiene en contacto con el resto de España. La Compañía Telefónica, operadora mundial que ha cosechado las mayores ganancias en 2006- , y única responsable de ese cordón umbilical de suma importancia, no reparará la avería hasta que un barco procedente de Marsella, que recalará antes en Valencia para aprovisionarse del material adecuado, llegue a su destino, siempre que el estado del mar lo permita. Que la comunicación telefónica de toda una ciudad dependa de un solo y único cable, a estas alturas de la tecnología correspondiente, y que para la reparación de mismo se recurra a tan dilatada metodología, denota la ineptitud, falta de solvencia técnica u obsesión de negocio de una empresa, la Compañía Telefónica, que no deja de acumular pingües ganancias sin que, como en el caso que nos ocupa, la tales no sólo no rinden en beneficio del usuario, sino que son insuficientes para evitar tan dañosos perjuicios. Que el Ministerio de Industria abra un expediente informativo a Telefónica es lo mínimo que se puede reclamar ante semejante desaguisado. Yo también se lo abriría a la airada oposición, que empecinada en hacer de ETA la estrella protagónica de su política contra el Gobierno, apenas ha tenido una referencia para este grave percance. Melilla es algo más que una valla de púas contra la inmigración de la que sólo se hace uso para un electoralismo barato.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cierto. Deberían abrir expediente a Telefónica S.A. pero no se lo abrirán porque en España manda el Capital y hay que ver cómo manda. Y, bueno, si lo que se desea es que no se hable del terrorismo mejor sería no dar pie a ello, como hace el señor Fiscal del Estado con sus decisiónes en la aplicación de la Ley, para unos extremadamente rigurosa y para otros...¿hay Ley para otros?

Anónimo dijo...

Dedicados a sus intereses de poder y partido, los políticos dan prueba de su indiferencia ante los problemas del día a día de la población. Ni siquiera el anterior comunicante puede tener en cuenta esto a la hora de hacer su comentario.

Anónimo dijo...

Lea usted las últimas lineas del artículo y comprenderá la razón de mi comentario, Inma. Yo no defiendo al capital; muy al contrario: lo condeno, porque solo busca el beneficio económico. Mas el artículo no se refiere solo al capital, sino que en el se expresan opiniones sobre otros temas; de ahí que mi comenntario sea también mezclado.

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