Mas bien parece el eslogan de un producto lácteo, pero en realidad se trata del título de una más de las producciones que con carácter global iberoamericano tienden al esparcimiento entre ambos mundos de la más rancia, sandia, torpe y chabacana producción telefolletinesca. Muchos años llevamos soportando, aquí y allá, esta ejemplar contribución a la intercomunicación cultural entre los países de lengua hispana, gracias al no menos ejemplar espíritu cultivado de los equipos directivos de nuestras televisiones privadas, para los que como es sabido ha de primar ante todo la calidad sobre el negocio y la dignidad en la programación sobre cualquier otra vomotiva tentación que estimule los espectáculos-basura. Dado que los títulos hasta ahora en antena no parecían llamar en exceso la atención del respetable, es de prever que con el serial colombiano que aquí llega los originalísimos autores tengan que recurrir a partir de ahora, como ha hecho éste que para colmo se apellida Bolívar, como el libertador, a epígrafes tan vacunos como el que nos ocupa. Digo yo que el próximo, si se aplicara a los atributos machunos, habría que consagrarlo al no menos pecuario meritoriaje de los cojones y su correspondiente adminículo.
viernes, 15 de diciembre de 2006
Sin tetas no hay paraíso
Melibea
Mas bien parece el eslogan de un producto lácteo, pero en realidad se trata del título de una más de las producciones que con carácter global iberoamericano tienden al esparcimiento entre ambos mundos de la más rancia, sandia, torpe y chabacana producción telefolletinesca. Muchos años llevamos soportando, aquí y allá, esta ejemplar contribución a la intercomunicación cultural entre los países de lengua hispana, gracias al no menos ejemplar espíritu cultivado de los equipos directivos de nuestras televisiones privadas, para los que como es sabido ha de primar ante todo la calidad sobre el negocio y la dignidad en la programación sobre cualquier otra vomotiva tentación que estimule los espectáculos-basura. Dado que los títulos hasta ahora en antena no parecían llamar en exceso la atención del respetable, es de prever que con el serial colombiano que aquí llega los originalísimos autores tengan que recurrir a partir de ahora, como ha hecho éste que para colmo se apellida Bolívar, como el libertador, a epígrafes tan vacunos como el que nos ocupa. Digo yo que el próximo, si se aplicara a los atributos machunos, habría que consagrarlo al no menos pecuario meritoriaje de los cojones y su correspondiente adminículo.
Mas bien parece el eslogan de un producto lácteo, pero en realidad se trata del título de una más de las producciones que con carácter global iberoamericano tienden al esparcimiento entre ambos mundos de la más rancia, sandia, torpe y chabacana producción telefolletinesca. Muchos años llevamos soportando, aquí y allá, esta ejemplar contribución a la intercomunicación cultural entre los países de lengua hispana, gracias al no menos ejemplar espíritu cultivado de los equipos directivos de nuestras televisiones privadas, para los que como es sabido ha de primar ante todo la calidad sobre el negocio y la dignidad en la programación sobre cualquier otra vomotiva tentación que estimule los espectáculos-basura. Dado que los títulos hasta ahora en antena no parecían llamar en exceso la atención del respetable, es de prever que con el serial colombiano que aquí llega los originalísimos autores tengan que recurrir a partir de ahora, como ha hecho éste que para colmo se apellida Bolívar, como el libertador, a epígrafes tan vacunos como el que nos ocupa. Digo yo que el próximo, si se aplicara a los atributos machunos, habría que consagrarlo al no menos pecuario meritoriaje de los cojones y su correspondiente adminículo.
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