viernes, 10 de noviembre de 2006

El señor Aznar y don Arnaldo Otegui

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Félix Población

En la excelente entrevista, firmada por doña Milagros Pérez Oliva y publicada en la revista semanal del diario El País el pasado domingo, contaba el escritor don Manuel Rivas una significativa anécdota: la negativa de una familia que había sufrido la represión franquista a exponer sus opiniones días después de que el general Mena, en las fechas en las que se gestaba el nuevo Estatut de Cataluña, amagara con una potencial intervención del Ejército si la Constitución era burlada. El señor Rivas atinaba en su comentario al indicar, citando por sus nombres al liderazgo del Partido Popular, que esa derecha que acogió con comprensión las palabras del citado militar, debería ser consciente de que sigue causando miedo muchos años después de que España haya dejado de ser un país amedrentado por la dictadura.

Es lo que sigue inspirando, si no fuera porque su discurso reiterado hasta la saciedad y cada vez más privado de razón corre un alto riesgo de insertarse en las páginas de lo grotesco, el ex presidente Aznar, único protagonista ahora del Trío de las Azores incapaz de rectificar su errónea y falaz perspectiva sobre la invasión de Irak. Don José María, además de aventurar tesis históricas propias de un cruzado medieval y diagnósticos aciagos sobre el peligro de la internacional terrorista que agita a la morisma, se permite las más mordaces críticas contra el Gobierno de su país, al que debería dispensar el respeto y consideración que los anteriores ex presidentes guardaron siempre, máxime cuando se habla en un país extranjero y ante instituciones de cierto prestigio.

Ayer, sin embargo, al señor Aznar le salieron respondones algunos de sus oyentes en la universidad católica colombiana Sergio Arboleda. Don José María, después de calificar de suicida el plan de paz en Euskadi auspiciado por el Parlamento de España y de remontarse en sus descalificaciones obsesivas a la gestión de don Felipe González, hubo de escuchar lo que con su actitud va camino de provocar como extrema reacción crítica entre quienes no comparten sus drásticos criterios.

Si a nuestro ex presidente lo llamaron fascista en Bogotá, otro tanto se merecería quien desde el abertzalismo intransigente apela a la ambición histórica por parte de nuestro vigente Gobierno para que el proceso de negociación con ETA no se interrumpa. ¿Qué es eso de ambición histórica, don Arnaldo? ¿Pasar por alto decenios de miedo, extorsión y muerte para hacer valer unas teorías políticas que con esa única impronta como precedente sólo cabe calificar de fascistas? Si lo que ETA pretende ahora es hablar, reniegue ETA y Batasuna de otra herramienta que no sea la palabra y dejen de utilizar como material de coacción la chulería (fascista) de las pistolas.

Breviario

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¿SE IMAGINAN UN AZNAR A LO MURDOCH?
Sólo es por el momento un rumor con vocación creciente de credibilidad, habida cuenta las estrechas relaciones entre don Ruperto y don José María, en el que se insiste cada vez más en los mentideros políticos y mediáticos. Parece que al señor Aznar le tienta competir con el magnate Polanco y hacerlo como agente del señor Murdoch desde el accionariado de Antena 3 TV. Se asegura que los actuales propietarios de la cadena se sentirían muy satisfechos con ese fichaje, que de seguro daría mucho de sí como proyección intelectual de la mentalidad aznariega.
F.P., DdA.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Viene usted a decir, como tituló Muñoz Seca, que los extremeños se tocas. Siempre será así, pero entre quien sufrió un atentado de ETA y los aliados de ETA alguna diferencia habrá, vamos digo yo.

Anónimo dijo...

Yo creo que Aznar siempre fue como es ahora, al menos eso dicen los que lo conocieron en su juventud. Lo que pasa es que tuvo la fortuna de llegar a la presidencia y acicalar sus prontos durante unos años. ¿Se lo imaginan a la edad de su padrino Fraga?

Anónimo dijo...

Aznar fue un gran presidente del Gobierno que salió mal de su segunda legislatura por errores propios más que por méritos del PSOE.

Anónimo dijo...

Anonimo2.-

Si hacemos memoria, Aznar fue el peor presidente de Gobierno que hemos tenido en la democracia:
En política fiscal (eliminó el IAE que financiaba los ayuntamientos y subió los impuestos indirectos y las tasas como nunca había ocurrido antes...),
En política laboral(decretazo del ET),
Política social (reducción de prestaciones por enfermedad y desempleo),
Política exterior (enemistad con los vecinos del sur, con los paises sudamericanos y con Francia y Alemania),
Política interior (permitió que España se convirtiera en el centro mundial de blanqueo de dinero y provocó un crecimiento exponencial de grupos extremistas),
Organización de la administraciones públicas (destruyó la organización administrativa periférica que sostenía el Estado y recujo el número de funcionarios y recursos de la administración),
Política educativa (potenció los colegios privados y abandonó a los públicos y metió la religión en el currículum escolar)
Política judicial (No invirtió nada en modernizar y agilizar los procedimientos judiciales y aumentar los juzgados y tribunales)
Inmigración (tres regularizaciones en 2 años y ausencia absoluta de control de flujos migratorios),
Política económica (potenció la economía especulativa frente a la productiva),
Política de infraestructuras (autopistas de peaje: negocio para los amigos),
Política antiterrorista (errática con ETA, sin control ni recursos sobre otros tipos de terrorismo)
Saqueó las propiedades del Estado (Tabacalera, Telefónica, Endesa, Sintel, Indra, Caja Postal, BBVA... que se las "regaló" a sus amiguitos),
y podríamos seguir durante páginas y páginas.
Pero dejó a España sin banco público con lo que dejó al gobierno de turno sin capacidad "real" de gobernar la política financiera.
No. Aznar no fue un buen presidente. Fue el peor con diferencia. El daño que hizo a España va a perdurar durante mucho tiempo.

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