viernes, 29 de septiembre de 2006

Rubianes y Lorca

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Félix Población

No le he prestado al conflicto del actor Rubianes con España, la puta España o lo que ese señor haya dicho como imprecación cagada contra este país la más mínima atención. Desde que otro cómico como el autor don Fernando Arrabal expuso algo así hace muchos años, los calificativos de esa laya no me merecen más comentario que la abstinencia crítica a fin de no publicitar a quienes acaso se sirvan de ellos únicamente para ese fin.

El susodicho actor, gracias al gesto inquisidor de don Alberto Ruiz Gallardón prohibiendo el estreno de su espectáculo Lorca somos todos en Madrid, ha conseguido con creces una repercusión propagandística que ojalá merezca su función. El alcalde de Madrid, que asimismo se resiste a cambiar el nombre de las últimas calles de titulación franquista por considerarlas hechas a la costumbre ciudadana, actuó sin duda presionado por las facciones más conservadoras de su partido, pero eso no va a evitar que su nombre se estampe en la memoria de la cultura escénica como el de un censor activo en contra de la libertad de expresión.

Nada tiene que ver la declaración absurda, necia y desafortunada del señor Rubianes un día con la prohibición de la función que tiempo después ese actor va a escenificar en la capital de España. Don Alberto, al ceder ante quienes en su partido siguen considerando la cultura más como un riesgo subversivo que como un derecho de expresión inalienable en un país libre, ha dejado en entredicho no sólo su mesurado entendimiento de la política entre una oposición amotinada, sino la estima en que le tenía como persona cultivada y tolerante.

Lo peor de todo esto, una vez estrenada la obra que incluye en su título el nombre de uno de nuestros mayores poetas, es que a las puertas del teatro subsidiario que hubo de habilitarse para tal fin se congregó un grupúsculo de fascistas a quienes quizá el nombre de Lorca no les dijera nada. El odio hacia Federico pudo empezar un día así, entre una peña de jovenzuelos airados que años después acabaron con su vida cuando la batahola de viejos rencores se derramó por España en una guerra civil.

Contra esa fiebre homicida sólo la cultura ciudadana ofrece resistencia. Censurar, prohibir o menospreciar sus manifestaciones es mermar esa capacidad de oposición a la intolerancia y a la barbarie, porque, en efecto y para que viva la inteligencia, Lorca somos todos.

RedDiario

Noticia
SEGUN GALLARDON FUE RUBIANES QUIEN SE NEGO A ESTRENAR EN EL ESPAÑOL
Eso es lo que ha dicho hoy el alcalde de Madrid en Los Desayunos de TVE. Para quienes prefieran documentarse más allá de esta última declaración, aquí está cuanto se publicó sobre el caso.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que me parece más lamentable es que periódicos de prestigio avancen en portada la manifestación de cuatro fachillas.

Anónimo dijo...

como me recuerdan esos fachas a los fanaticos del Islam.

Anónimo dijo...

¿Sólo a los del Islam? A mí me recuerdan a todos los fanáticos sin distinción de religión.

Anónimo dijo...

el sr. rubianes hubiera redondeado su escatológica apreciación si demostrando valor ante el auditorio hubiese añadido lo mismo respecto de cataluña, y a continuación del país vasco, y de francia, u.s.a., alemania, república sudafricana, etc. añadiendo además. no hay nada tan estúpido como un patriota

Anónimo dijo...

Rubianes sabe vender, no sé si teatro, que creo que no.

Anónimo dijo...

""Nada tiene que ver la declaración absurda, necia y desafortunada del señor Rubianes"" ..

Sinceramente, la verdad, ni es absurda, ni necia, ni desafortunada, es la realidad, pura y dura.

España en toda su historia ha sido una mierda de pais, lo és ahora, y lo seguira siendo siempre!

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