jueves, 11 de mayo de 2006

¿Se va Maragall?

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Félix Población

Ayer se aprobó el nuevo Estatut de Cataluña en el Senado. Esquerra Republicana asistió a la copa de celebración pero se abstuvo a la hora de votar. No le ha valido ese detalle, sin embargo, para que el señor Maragall tenga in mente remodelar el gobierno de la Generalitat sin contar con sus actuales socios. Los independentistas pagan con ello la propuesta a su electorado de votar en contra del nuevo Estatut en el próximo referéndum.

El señor Carod y compañía todavía no acaban de creerse que el honorable president haga efectivas sus intenciones, pero en su fuero interno sabe que ésa es la única alternativa. Decir, como ha dicho el líder de Esquerra, que si se van no volverán a pactar en lo sucesivo con los socialistas en un gobierno de izquierdas es, cuando menos, una pataleta impropia de quien ha de saber que en política el nunca jamás casi siempre está de más, como lo está apelar al izquierdismo cuando en ERC lo que prima es su nacionalismo integrista.

También se han referido los independentistas catalanes al martirologio del que pueden investirse al ser desalojados del gobierno. Si se nos convierte en víctimas, han asegurado, conseguirán de nosotros un no garantizado y beligerante al Estatut, como si ese tipo de chantaje fuera nuevo en su comportamiento político a lo largo de los últimos meses.

El resultado del referéndum del 18 de junio servirá de pista para prever el que se dé en las próximas elecciones. La entidad de esa presumible oposición anunciada por Esquerra dependará de los votos que le conceda la ciudadanía. Es muy posible que en ese partido sean conscientes de la dificultad que entraña hoy en día repetir los resultados de los pasados comicios. No se da en el gobierno central la actitud intransigente que existía en tiempos del aznarato y es casi seguro que los independentistas purguen su probado desgaste en la Generalitat.

Algo de ese desgaste también lo pagará el señor Maragall, que incluso ha compartido con sus compañeros del PSC la idea de no presentarse como cabeza de lista. Hágalo o no, casi se podría asegurar que de la crisis provocada por el nuevo Estatut y de lo que ha trascendido tras su público debate hay un claro beneficiario del que va a depender la gobernación de Cataluña: demos paso a CIU una vez más.

+NR: Tras la expulsión de los consejeros de ERC, Carod se rebela contra Maragall.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo dudo, ciu perdera votantes, sino al tiempo. Este estatud ha hecho daño a todos los partidos, El pp creo que no se recuperara ya nunca mas a no se que ocurra un milagro

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