jueves, 6 de abril de 2006

Vázquez dice que no hay que incomodar a la Iglesia

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Félix Población

El diario ABC, siguiendo con una serie de entrevistas a todas luces oportunas por la entidad de los protagonistas, charla hoy con quien fuera durante muchos años alcalde de La Coruña por el Partido Socialista. Don Francisco Vázquez se incorporará a su nuevo destino como embajador en El Vaticano el próximo día 18.

Católico confeso y crítico en cierto modo con algunos aspectos de la actual línea gubernamental, hay quien sostiene que el señor Rodríguez Zapatero apostó por ese nombramiento para evitar esas molestias y ganar al tiempo un útil peón de brega en tan decisiva sede diplomática, sobre todo tendiendo en cuenta la confianza que don Francisco Vázquez inspira entre la jerarquía eclesiástica.

De lo que menos se habla en la conversación publicada por el diario monárquico es de la financiación de la iglesia católica, asunto capital y pendiente entre esa institución y el Estado. El nuevo embajador resuelve la cuestión que le plantea de modo expreso y no muy incisivo el periodista en un par de líneas, sin que en esa concisión quepa advertir nada explícto.

Sí se reiteran hasta la saciedad el ánimo de diálogo y la voluntad de estabilidad que han de presidir los acuerdos que se suscriban con El Vaticano. En relación con esos acuerdos, don Francisco Vázquez también deja entrever mucho más acaso de lo políticamente conveniente, en respuesta a las instrucciones recibidas para desempeñar su cargo: Si la Iglesia quiere negociar, se negocia; si quieren modificarlos, se modifican; es decir, que la iniciativa la tiene la Iglesia y que no hay ningún problema en el Gobierno para llevar a cabo lo que la Iglesia considere más oportuno.

En concordancia con esa potencial hoja de ruta en la que al parecer manda sólo una de las partes, recuerda el señor embajador que con don Felipe González también hubo unos primeros años recelosos con la Santa Sede que luego se diluyeron hasta llegar a unas excelentes relaciones. La polémica con la Iglesia nunca ha traído nada bueno para nadie, sostiene don Francisco, y esas palabras, que sirven de titular a la entrevista, dan a entender que el señor Rodríguez Zapatero debería seguir el ejemplo de don Felipe: no tocar las privilegiadas rentas eclesiales a cuenta del Estado.

Para muchos votantes del Partido Socialista, sin embargo, ese ejemplo no es el idóneo. Por eso quizá el actual Gobierno posponga las claves de la financiación de la Iglesia para una próxima legislatura a fin de no perder una parte de cierto y consistente apoyo entre la ciudadanía. Dejarlo en el apartado de asuntos pendientes será mucho más provechoso electoralmente que confirmar las presunciones que el señor embajador acaba de adelantar.

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