La delgadez y sobriedad de la Princesa de Asturias

Melibea

Leo en Veinte Minutos, el primer diario hecho por los lectores, qué cara, un sucinto comentario meramente enunciativo de Chapi Escarlata, una periodista cuarentañera pero nada amargada, donde se describen dos aspectos de doña Letizia a los que acaso la narradora vincula con algún nexo causal. El primero se refiere a la extrema delgadez de la princesa, a la que no hace mucho se la quiso dar por nuevamente embarazada -algo totalmente infundado tras la cesárea a que hubo de ser sometida para que naciera la hipotética heredera de la corona-, y el segundo a su sobriedad en el vestir y peinar. En la nota no hay el más mínimo apunte valorativo, pero personalmente se me antoja muy significativo que esas pocas líneas lleven firma, ocupen la portada del medio en el día de la fecha -entresacadas así con resalte de la habitual columna de la citada periodista- y reincidan en algo que ya se comentó en su día. ¿Por qué otra vez y ahora? Comprobable.