domingo, 16 de abril de 2006

Evo Morales: Todo gobierno ha de evitar la servidumbre

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Melibea

Hace unas semanas, en la localidad argentina de Caballito, perecieron seis personas en un taller textil a consecuencia de un incendio. Más de un millón de inmigrantes bolivianos residen en aquel país soportando condiciones laborales totalmente carentes de derechos que dan lugar a ese tipo de accidentes. También en España el número de inmigrantes bolivianos es alto. De unos y otros y del drama que supone para sus conciudadanos más desfavorecidos la emigración habla su presidente Evo Morales, inmigrante zafrero a su vez en la Argentina durante su infancia, en una entrevista publicada en exclusiva por Página 12: En los años 60 yo migré con mi papá, que era zafrero, a la zona de Jujuy, a los cañaverales de azúcar, y ahí conocí la escuela. Era una migración dura pero temporal, en la época de la zafra. Ahí conseguí mi primer trabajo vendiendo picolé (helados de palito) y con eso ganaba algo de plata para ayudar a mi familia, sólo comíamos tostado de fideo y té. Conocí la escuela en el cañaveral Galilea, en Jujuy, pero era un aymara cerrado, casi no entendía el castellano y tuve que abandonar los estudios. La vida en el Altiplano era dura. En mi familia, de siete hermanos, vivimos sólo tres, mis otros hermanos perdieron la vida con uno o dos años. Vivíamos en una casita de adobe que nos servía como dormitorio, cocina, comedor y prácticamente de todo; al lado teníamos el corral para nuestros animales. Vivíamos en la pobreza como todos los comunarios. Siempre recuerdo a las grandes flotas (micros) que transitaban por la carretera, repletas de gente que arrojaba cáscaras de naranja o plátano. Yo recogía esas cáscaras para comer. En ese entonces, una de mis aspiraciones mayores era viajar en alguno de esos buses. Debido a esa situación de extrema pobreza, mis padres migraron más tarde a la zona del Chapare, en el trópico de Cochabamba. Por eso comprendo el dolor de los bolivianos que, por buscar fuentes de trabajo, por mejorar su situación, migran a la Argentina, a España o a Estados Unidos. Y, al no tener papeles, la vida se vuelve dramática para muchos de ellos.
Algunos llaman populismo al atrevimiento de no ocultar lo vivido.

+AR: Quizá los populistas tengan razón, artículo de Jeffrey S. Sachs, profesor de Economía de la Universidad de Columbia, en La Nación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por la última frase.

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