martes, 21 de febrero de 2006

Refugiados saharauis abandonados a su suerte

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Ben Al Arabiyo

Han pasado ya 12 días desde que unas lluvias torrenciales caídas en una de las zonas más inhóspitas y áridas del planeta, la Hamada, arrasara los campos de refugiados saharauis de Tinduf. La crueldad de las precipitaciones que arrasaron lo poco que había conseguido este pueblo en sus treinta años de exilio se une a la de sus vecinos del norte que, una vez más, miramos para otro lado. Las ONG calculan que entre 60 000 y 100 000 personas han podido quedarse literalmente sin nada. La Asociación cultural de amigos del pueblo saharaui está pidiendo una ayuda extraordinaria a través de una cuenta bancaria para reconstruir preferentemente hospitales y escuelas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sin publicidad no hay caridad, porque la caridad es fruto de la piedad del rico hacia el pobre, no de la solidaridad, fuente humanitaria decisiva para la alianza fraterna entre los pueblos.

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