miércoles, 11 de enero de 2006

¿A qué va Rouco a Roma?

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Félix Población

Don Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid, pasará en Roma la semana en curso, así que sobre su estancia cerca del sumo pontífice se podría especular un rato.

Quien presidiera la Conferencia Episcopal Española, y cuya influencia entre sus colegas más integristas parece seguir siendo decisiva para tutelar a los más de los respetables monseñores, tiene hoy motivos para largas pláticas con sus superiores vaticanos. Incluso con el propio Benedicto XVI, que anda en el presente barajando la contingencia de nombrar nuevos cardenales españoles.

No es don Ricardo Blázquez, actual presidente de la Conferencia Episcopal, uno de los que suena para tocarse con el rojo capelo, acaso porque frente a la preferencias de monseñor Rouco no pinta nada el obispo de Bilbao. Sí suena bien y mucho, en cambio, monseñor Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo, afín a don Antonio María en fidelidades conservadoras y predisposición para la dura pugna con el amenazador socialismo laicista y ateo.

Pero es muy posible que la estancia en El Vaticano de quien preside la diócesis de Madrid permita tratar, además de esas previsibles disquisiciones en torno a preferencias y méritos en el escalafón, otras de mayor enjundia que acaso afecten a las complejas relaciones actuales y venideras entre el actual gobierno del señor Rodríguez Zapatero y la católica iglesia.

Hay mucho que afinar en esa materia y puede que al alto mando vaticano le preste más confianza tratarlo con monseñor Rouco que con quien, por representación oficial, preside la Conferencia Episcopal Española y estaría llamado a tratar tales menesteres con algo más de mesura.

El largo silencio de Blázquez, sólo interrumpido en aisladas ocasiones, y el prevaleciente asomo de Rouco en ésta y otras memorables ocasiones a lo largo de los últimos meses permite aventurar que su santidad Benedicto XVI no nos va a deparar ninguna venturosa sorpresa, antes bien más de lo mismo y entre los mismos, obviando incluso a quien representa por elección democrática a los respetables monseñores de la católica España.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Más de lo mismo por los siglos de los siglos, don Félix.

Anónimo dijo...

Tampoco es para ponerse así, digo yo, ya sabe que monseñor Rouco tuvo problemas de salud hace poco y acaso haya elegido la sede del Vaticano para descansar de tan lucha callejera con sus obispos pancarteros.

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