lunes, 9 de enero de 2006

Lo del general Mena en los medios de don Federico

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Félix Población

Desde los Medios amotinadores del Partido Popular, con la cadena COPE al frente de la algarada intoxicadora, se piensa y expone que se está dando un cierto ánimo díscolo entre los altos mandos del Ejército. El arresto del general Mena Aguado se ha tomado incluso como medida ejemplarizante por parte del ministro Bono para acallar a quienes pudieran imitarlo entre sus colegas.

Don Rafael Bardají, ideólogo de la FAES y asesor de don José María Aznar, no ha perdido la ocasión para confiar a los micrófonos de la radio de los obispos que el Ejército está dividido y no ve claros los valores que han de regir su valor. Con tan admirables facultades expresivas, el señor Bardají esboza un clima nada conciliador entre el alto mando militar ante el Estatut que pueda venir.

En sintonía con esos principios, desde Libertad Digital, el medio electrónico controlado por don Federico el de la COPE -de cuyas largas vacaciones navideñas en la emisora convendría hacer alguna interesante mención en connivencia con los respetables monseñores-, se afirmaba que las palabras del teniente-general Mena eran representativas del sentir de la gran mayoría de jefes y oficiales.

Hay quienes, entre esa extrema derecha rabiosamente cainita, están llegando a implicar al propio Rey en una especie de oscuro y delirante contubernio separatista con el único objetivo de lograr, poniendo en jaque al Jefe del Estado, el tope máximo de desestabilización posible.

Sabedores de que les ampara el sacrosanto principio de la libertad de expresión, ante cuya sola cita se conmueven los ejemplares adalides del periodismo gremial, cuyas asociaciones sí permiten la abusiva explotación laboral, la consigna más o menos encubierta y la censura directa e indirecta impuestas en el oficio a becarios y redactores meritorios, esos medios no cesarán en su acoso durante la presente legislatura.

Sólo la propia estabilidad del sistema democrático, la firmeza de nuestras instituciones, el quehacer hasta ahora positivo del Gobierno y la probada madurez de la ciudadanía se bastarán para repeler toda esa inmundicia ruidosa y remitirla a su distante lugar de procedencia: el siglo XIX.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien, Felix Población

Anónimo dijo...

Es lo que hay que decir, Lazarillo.

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