jueves, 19 de enero de 2006

Elogio desde la izquierda de don Manuel Fraga

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Félix Población

Conocí a don Manuel Fraga cuando como político tenía todas las papeletas para no serlo de mi agrado. Antes bien, formaba parte de aquellas personalidades de la vida pública que por su pasado franquista y algún que otro lance desgraciado desde el Ministerio del Interior merecían mi más sincero rechazo ideológico.

Sobre su gestión galaica al frente de la Xunta corren muy antagónicas versiones, pero es evidente que salió del gobierno autonómico de su país tras sucesivas revalidaciones democráticas, por una derrota mínima y con la simpatía de buena parte de los ciudadanos de aquella Comunidad. Con todo y con eso, sus últimas palabras ante los suyos, tras hallar sucesor su partido en aquellas tierras, han sido para pedir perdón con humildad por sus posibles errores.

¿No les suena a ustedes extraño ese elegante estilo de salir por la puerta de la gobernación con modestia, discreción y templanza? Quien así se manifiesta, antes de proseguir en la vida política como senador en la capital del reino, es sin duda, al margen de coincidencias o disentimientos con sus ideas, creencias o incluso destempladas y esporádicas manifestaciones, uno de los artífices de la transición democrática que hizo despegar a España hacia la modernidad. Sólo por eso, su biografía podría estar hinchada de la contagiosa vanidad, prepotencia o egolatría que podrían afectar a un protagonismo reservado en nuestro país a un grupo no muy extenso de dirigentes de plural ideología.

Para que así no sea y contraste tan a lo vivo y al día de hoy con la conducta insidiosa y montaraz de muchos de sus compañeros de partido, en su mayoría discípulos de su jactancioso delfín, se requiere una formación humanística, una capacidad de trabajo, una perspicacia política, un saber y un equilibrio mental que don Manuel ha desparramado a lo largo de su colmada trayectoria.

Le agradecemos al señor Fraga que mientras el Partido Popular no cabe en sí de soflamas pendencieras y graves desajustes de mentalidad con el proceso histórico que vive España, su vieja palabra de hombre curtido en todos los terrenos del ministerio público sepa articular, en la lengua materna, las sílabas del perdón. Denotan una conciencia y un talante que ya no se estilan entre los suyos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El respeto a la senectud obliga a no recordar ciertas cosas. En lo fundamental, sin embargo, coincido contigo.

Anónimo dijo...

Razón tienes en afirmar que Fraga –pese a su pasado- bien podría dar lecciones de comportamiento a la derecha rebeca que actualmente padecemos.
Me alegró comprobar por la asemeya, que envejeces bien.. –mejor diría que bien jodidamente- cuentas con amplia pelambrera, algo de lo que no puede presumir el que suscribe. Ya se cuentan la friolera de unos cuarenta años desde la última vez que nos vimos. (Instituto Jovellanos 4º D) Me satisface leer tus acertados comentarios.
Un saludo de.

Portobello dijo...

Homenaje a Fraga? que ha pedido perdón por los errores que pudiera haber cometido durante la democracia, pero no por las barbaridades que perpetró, como sicario de Franco, bajo la dictadura. Lo bueno de las dictaduras es que uno sólo es responsable de sus actos ante Dios y ante la historia. Se puede matar y torturar y encarcelar sin problemas de ningún tipo. Cada sistema tiene sus pros y sus contras, pero la gente lista los atraviesa todos sin romperse ni mancharse. Es el caso de Fraga, que habiendo salido de la nada en un coche oficial, logró alcanzar la más profunda de las miserias morales sin bajarse de él.

Fraga supo combinar los insultos con los golpes. Cuando se tenía que quitar la chaqueta para amedrentar a un contrincante, se la quitaba y le invitaba a salir a la calle. Y si eran más de uno llamaba a los antidisturbios. No como ahora que sus "compañeros" de partido sólo insultan e insultan, tal vez un día se apuesten a las puertas del Congreso y le peguen una buena paliza a los sociatas estos...

Anónimo dijo...

Pues así todo, la humildad es un mérito y siempre se lo reconoceran quienes valoran su papel en la transición en este tiempo de fatuos y engreídos.

Anónimo dijo...

Hasta Carrillo, al que los fachas de hoy todavía pretenden agredir, ha reconocido en Fraga los méritos que le corresponde como político de la transición en unos tiempos mucho más duros que los de ahora.

Anónimo dijo...

Don Manuel Fraga, Don Alberto Ruiz Gallardon, Don Josep Pique

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